Xicotepec de Juárez, uno de los 27 municipios poblanos con mayor número de tomas ilegales de combustible: el 4 de mayo, en las cercanías de una válvula de Pemex conocida como El Rayo, en la comunidad de Las Pilas, infantes de Marina y un grupo de huachicoleros se enfrentaron a tiros.

Agentes municipales de Xicotepec habían detectado en la zona los movimientos sospechosos de tres camionetas. Al acercarse a investigar, fueron amenazados por hombres armados, quienes les ordenaron salir del área. Los municipales reportaron los hechos a la Marina.

Una unidad fue enviada a investigar. La recibieron a tiros. Cuatro elementos navales fueron heridos. Uno de ellos, de 25 años, con una bala en la cabeza, falleció camino al hospital.

De acuerdo con la Marina, un segundo incidente ocurrió en La Ceiba Chica, unas horas más tarde, cuando varios helicópteros y nuevas unidades de la Armada buscaban a los agresores. En esta ocasión, otros tres marinos resultaron heridos. Una decena de personas fueron aseguradas. Tenían en su poder pistolas 9 mm y varios rifles de asalto. Uno de los vehículos que quedaron en poder de las autoridades era el mismo en el que once policías estatales fueron privados de la libertad a fines de marzo.

Aquella tarde los uniformados circulaban en dos patrullas por una calle de la junta auxiliar Nuevo Necaxa. Un comando de al menos 30 personas los bajó de las patrullas, los puso de rodillas en la calle (existe una foto tomada por un testigo) y luego los obligó a abordar tres vehículos, una Lobo, una Toyota y un auto negro. Entre los secuestrados iba el comandante de la base de Xicotepec.

Los uniformados aparecieron diez horas más tarde con un mensaje. Las patrullas y las armas no fueron localizadas. Trascendió que el mensaje venía de parte de un grupo criminal de San Martín Texmelucan.

Ayer en la tarde, la Secretaría de Seguridad Pública del estado reveló que detrás de la agresión a la Marina se encontraba Óscar García Téllez, El Loco Téllez. Apenas el jueves pasado relaté en este espacio que existían indicios de que Téllez, uno de los cuatro líderes del huachicol en el estado de Puebla, había abandonado su base en San Martín Texmelucan y andaba tras los ductos de Huauchinango, Tlacolotepec y Xicotepec, en la sierra norte de Puebla.

Xicotepec comenzó a convertirse en un problema en 2011. En noviembre de ese año un “levantón” fallido terminó en una balacera, y en la detención de cinco hombres oriundos de San Luis Potosí, Puebla y Chihuahua. Al frente de esa célula iba un sujeto apodado El Shrek. Declaró que era miembro de los Zetas —se mencionó a sí mismo como “el comandante estaca”— y que había sido enviado “para abrir plaza”. Tenía la orden de ejecutar a los narcomenudistas de la región, o de ponerlos a trabajar para él.

Comenzó la pesadilla de Xicotepec. Robos, asaltos, secuestros, asesinatos, miedo y zozobra.

Los Zetas fueron prácticamente desarticulados en los años que siguieron. Sus células se independizaron y encontraron, al cabo, un negocio más redituable, el huachicoleo.

En 2017, Xicotepec figuró entre los cinco municipios poblanos con mayor número de homicidios. En 2018 fueron detectadas ahí 27 tomas clandestinas: el homicidio se disparó 58.9%.

Desde finales del año pasado existían reportes sobre la presencia de gente desconocida no solo en Xicotepec, sino también en Huauchinango, Zacatlán y Chignahuapan. Por esa zona boscosa de la sierra alta de Puebla corren los ductos Poza Rica-Salamanca y Tuxpan-Azcapotzalco. El trasiego de huachicol se realiza por senderos de terracería y caminos forestales. Los campesinos son contratados como “halcones”. Ahí están los operadores del Loco Téllez. La zona es considerada “extremadamente conflictiva”.

Por lo pronto, el primer enfrentamiento ha dejado un marino muerto y seis heridos.

¿Estamos en el principio de la nueva guerra? Los días que vienen son cruciales.

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