Atribuir a una persona la responsabilidad de miles de muertes por la pandemia causada por el virus SARS Cov2, en país demográfica y socialmente con la complejidad de México, es evidenciar falta de comprensión de un fenómeno multifactorial, alejarse o negar de la ciencia, querer simplificar la realidad, incitar al odio sin fundamento, contribuir a una narrativa política… o una mezcla de todas las anteriores.

El artículo científico “Estimación del exceso de mortalidad por todas las causas durante la pandemia del Covid-19 en México”, elaborado por 7 especialistas y publicado en la revista “Salud pública de México” en la edición bimestral de marzo-abril 2021, concluye que los dos factores principales se ubicarían en las condiciones socioeconómicas de la población y la “alta prevalencia de comorbilidades”, como diabetes e hipertensión.

A lo largo del documento, en el que no participó ni la Dra. Laurie Ann Ximénez (a quien medios de comunicación han dado espacio y voz en exceso), tampoco la senadora Lilly Téllez, se explica con claridad la metodología y el análisis con base en semanas epidemiológicas, canales endémicos, la consulta de actas de defunción, el Registro Civil, el SISVER y datos del INEGI.

Después de hacer análisis científico, con rigurosidad, que considera factores sociales, culturales y demográficos que se salen de clichés y la falsa narrativa del cubrebocas o las pruebas, el documento de 14 cuartillas puntualiza que países como Inglaterra y España tuvieron semanas con un porcentaje mayor a México en el exceso de mortalidad en 2020, pese a ser naciones con un sistema de salud más consolidado.

Reitero lo señalado: naciones europeas tuvieron semanas con mayor exceso de mortalidad (cifras de muertes más allá de las reconocidas oficialmente) que México en 2020, incluso después de las semanas donde las imágenes de televisión nos mostraron cadáveres fuera de hospitales y en calles.

“En México, el mayor exceso de mortalidad por todas las causas se presentó en la semana que termina el 11 de julio (SE 28) con 98.0%, mientras países como Ecuador alcanzaron 240% en la semana 18, España 154% de exceso el 30 de marzo, el Reino Unido hasta 108% el 20 de abril, e Italia 90% en la semana del 23 de marzo de 2020”, señala un fragmento del apartado “Discusión” en el artículo, en el que colaboraron cuatro especialistas con posgrado en Epidemiología.

El exceso de muertes en México durante todo el 2020, por todas las causas, fue de 326 mil 610 (45% más de lo esperado con base en los canales endémicos 2015-2019) y en la Semana Epidemiológica 28, alcanzó un número de 12 mil 875 defunciones.

De acuerdo con el análisis científico, el exceso de mortalidad en México ha sido mayor en hombres, lo cual “podría ser explicado principalmente por los diferentes comportamientos sociales, culturales y de género, y a la necesidad de la población adulta de salir en busca de sustento para sus familias. Datos de una encuesta nacional telefónica sugieren que los hombres informaron pasar más tiempo fuera de casa, mientras que los adultos mayores con comorbilidades identificaron con menor frecuencia los síntomas asociados con la Covid-19 y las medidas de prevención”.

A diferencia de otras naciones, la población de México que ha sido más afectada con el exceso de mortalidad ha sido la de 45-64 años de edad (63.9% en exceso), mientras que las entidades federativas con mayor exceso de mortalidad, durante 2020, fueron la Ciudad de México y el Estado de México, aunque de manera asincrónica hubo más entidades que tuvieron picos con el exceso.

El documento tiene una riqueza de datos que no se agota en este artículo, pero cuya seriedad y solidez desmitifica opiniones mediáticas de personajes que con tal de atribuir culpas (acción fuera de la ciencia como ha alertado el vicepresidente del Colegio Médico de Querétaro, Rodrigo Miguel González Sánchez), contribuyen a narrativas políticas.

Contra simplismos, usuarios de Twitter a quienes parece les cuesta trabajo o no recuerdan el nombre completo del subsecretario y epidemiólogo Hugo López Gatell Ramírez (lo llaman “Hugo”) y narrativas mediáticas con intereses económicos detrás, no hay mejor antídoto que consultar artículos científicos.

*Periodista y profesor de la UAQ

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