Esa mañana, ella salió de prisa acompañada de Luis Fernando, su pequeño hijo de apenas 8 años de edad. Guadalupe sabe que al salir de su casa el tiempo se convierte en su peor enemigo. En casa la espera su esposo quien desde hace varios años padece la enfermedad de diabetes lo que causó daño a sus riñones. Él se encuentra hemodializado. Fue trabajador en una fábrica y por su estado de salud fue pensionado con la cantidad de 2 mil 900 pesos mensuales, menos de 100 pesos diarios.
Para completar las necesidades de alimentación, educación, transporte, vivienda y salud para ella, su esposo y su hijo, Lupita se dedicaba a comprar y vender cosas usadas.
Hace meses inició el proceso de calificación para ser donante de riñón a su esposo, fue aceptada y todo estaba preparado para que se llevara a cabo la cirugía. Dos días antes de la fecha esperada, su esposo sufrió una infección por lo que tuvo que reprogramarse la intervención quirúrgica. Algunos de los trámites de la escuela de su hijo habían quedado rezagados por lo que al reprogramarse la operación, Guadalupe utilizó el tiempo para regularizarlos; fue así que el 16 de marzo de este año salió de la mano de su pequeño hijo rumbo al centro de esta ciudad.
Esa mañana caminó hasta Av. Constituyentes en el cruce con Pasteur. Esperaron la indicación del semáforo para cruzar dicha avenida, cuando estaban a punto de dar el último paso para subir al camellón, una unidad de la empresa QroBus los atropelló a los dos.
Guadalupe fue trasladada al hospital General y Luis Ferando al IMSS. Ella había sufrido fracturas múltiples en las costillas lo dañó los pulmones; el niño fue levantado inconsciente y grave ya que sufrió traumatismo craneoencefálico por lo que entró en coma.
Las autoridades dieron cuenta de los acontecimientos y detuvieron al chofer. El peritaje realizado indicó que el vehículo transitaba a exceso de velocidad y sin precaución y aún así el chofer fue liberado al día siguiente del accidente. Los primeros días de hospitalización los familiares de Guadalupe recibieron la visita de un joven que se identificó como funcionario de la fiscalía. Les dijo que ella y el niño podían ser trasladados a un hospital privado en donde serían atendidos de mejor manera. A cambio les pidió que se otorgara el perdón; el esposo de ella contestó que no serían trasladados a ningún lugar y que nadie otorgaría el perdón.
¿La fiscalía actuando como representante de la aseguradora?
Ante la insistencia de la aseguradora, personal médico del IMSS señaló que como el niño se encontraba en coma, el traslado propuesto lo pondría en riesgo de muerte, por lo que no lo permitió, la familia tampoco por las condiciones en la que se encontraba el pequeño, pero sobre todo porque ahí estaba siendo bien atendido.
Luis Fernando y Guadalupe se recuperaron y pudieron salir del hospital, sin embargo, el niño perdió la memoria, poco a poco la va recuperando y hasta el momento necesita medicamento especializado y muy caro; Guadalupe sigue resintiendo las consecuencias del accidente, tiene dificultad al caminar y al respirar por lo que no puede trabajar como antes lo hacía, además quedó impedida para ser donante de riñón. La enfermedad de su esposo sigue avanzando irremediablemente.
Hasta el momento no ha habido respuesta de las autoridades. El chofer se encuentra libre, la empresa QroBus funcionando sin consecuencia alguna y la aseguradora sin hacerse cargo de los gastos y daños causados a esta familia.
Hoy el Gobernador, el Secretario de Gobierno del Estado, el Director del IQT, los dueños de la empresa QroBus y el Secretario de Salud, podrán dormir tranquilamente con su familia, mientras Lupita, su esposo y el pequeño Luis Fernando enfrentan dificultades de alimentación y sustento así como las consecuencias de salud a causa del accidente, pero sobre todo por la negligencia en la impartición de justicia.
Hacemos un llamado urgente a las autoridades para que atiendan este caso.