Siguiendo con el rosario de medidas que nos llevarán a la cuarta transformación, tenemos que ningún funcionario podrá volver a ocupar en su domicilio a trabajadores al servicio del Estado sin autorización o permiso. Tampoco cerrar calles, detener el tráfico, pasarse altos, estacionarse en lugares prohibidos si no es una emergencia. Tampoco comprar mercancías que existan en los almacenes públicos en cantidad suficiente.

No habrá remodelación de oficinas ni compra de mobiliarios de lujo, y únicamente tendrán chofer los secretarios y subsecretarios. Los policías y militares de las distintas corporaciones no estarán al servicio de funcionarios o particulares sin plena justificación y, como ya sabemos, el Estado Mayor Presidencial se incorporará por completo a la Secretaría de la Defensa y se ocuparán de tareas de protección de espacios públicos, instalaciones estratégicas y de la seguridad de los mexicanos.

La residencia oficial de Los Pinos será parte del Bosque de Chapultepec y se convertirá en espacio de arte y cultura. Desaparecerán las partidas para vestuario, protocolos, y ceremoniales dedicados al presidente, colaboradores cercanos y familiares. Se cancelarán las labores de espionaje, así como la intervención de teléfonos que afecten el derecho a la privacidad de las personas; el sistema de inteligencia del gobierno sólo estará dedicado a la prevención de delitos y al combate a la delincuencia.

Los bienes de las oficinas a disposición de servidores públicos serán cuidados como parte del patrimonio colectivo y se evitarán gastos de oficina innecesarios, para ahorrar energía eléctrica, agua, servicios telefónicos, internet, gasolinas y otros insumos pagados con el erario. En las oficinas públicas y cualquier lugar, se tratará con amabilidad a los ciudadanos, aceptando con humildad que ellos son los mandantes de los servidores públicos.

Las compras del gobierno se harán en forma consolidada mediante convocatoria, con observación ciudadana y de las oficinas de transparencia de Naciones Unidas. Los contratos de obra del gobierno se llevarán a cabo mediante licitación pública con la participación de ciudadanos y observadores de la ONU. En el presupuesto no habrá partidas a disposición de diputados y senadores; con ello se acabarán sobornos y “moches”.

Ningún funcionario público recibirá regalos superiores a cinco mil pesos y tampoco se contratarán despachos para la elaboración de proyectos de ley, planes de desarrollo, o cualquier tipo de análisis y recomendaciones que puedan hacerse con el trabajo y capacidad profesional de los servidores públicos.

En las relaciones comerciales o financieras con empresas internacionales se dará preferencia a las originarias de países cuyos gobiernos se caractericen por su honestidad; que no toleren y castiguen prácticas de sobornos o corrupción.

Serán revisados los contratos suscritos con empresas nacionales o extranjeras que se hayan otorgado mediante corrupción y causen daño a la hacienda pública. En caso de anomalías que afecten el interés nacional, se acudirá al Congreso de la Unión, a los tribunales nacionales e internacionales. Siempre habrá una conducción por la vía legal. No actuarán de manera arbitraria ni habrá confiscación o expropiación de bienes. Sí. Por menos han asesinado candidatos, pero éste ha sobrevivido hasta ahora.

La difusión de estos puntos la hizo Eje Central, creado en 2009 por Raymundo Riva Palacio quien el 2 de junio de 2016 anunció su versión impresa. Los ejemplares se han repartido los jueves en locales cerrados, por entregas directas y en universidades. Raymundo fundó periódicos como Milenio, El Independiente y 24 horas. Considera que en términos de mercado el de los diarios está muy saturado, por eso le apuesta a su semanario. Es un hecho: de cumplirse la mitad de estos puntos, sería casi el paraíso, ¿ustedes qué opinan?

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