El discurso de López Obrador parece el de un candidato de la oposición, es frontal al decir solo hay lugar para dos tipos de mexicanos: los que están a favor de “cuarta transformación”, a los que llama “liberales”, y los que se opongan a ella, a los que considera “conservadores”, definición que incluye a todos los que lo critiquen, disientan o cuestionen sus decisiones y acciones de su gobierno.

Esta declaración la hace cuando su gobierno ha bajado los niveles de aprobación encontrándose por abajo del 50% según los datos de varias encuestadoras, además de la crisis del Covid-19, por sus repercusiones sociales y económicas que enfrentarán un desempleo histórico, una gran caída de producción y una ola de desencanto e inconformidad social.

Su alegato de ruptura busca consolidar su base de votantes. Hace unos días realizó “un cambio republicano” en su gabinete: la subsecretaria de Gobernación, encabeza ahora la dirección del Banco de Bienestar. Rabindranath Salazar, que era su titular, fue movido al área que se encarga del desarrollo democrático, la participación y los asuntos religiosos en la secretaria de Gobernación.

Gabriel García Hernández es el coordinador general de Programas para el Desarrollo y trabaja estrechamente con Carlos Emiliano Calderón, responsable de las encuestas en la Presidencia y coordinador de Estrategia Digital Nacional. Raymundo Artiz Espriú, director de CFE Telecomunicaciones e Internet para Todos, es quien completa el cercano grupo de la estrategia electoral.

Revisan el mapa electoral para identificar municipios y comunidades y dispersar estratégicamente los recursos de los programas sociales. Con datos demoscópicos ubican en dónde hay que reforzar, con qué programas sociales o en qué municipios es suficiente con un mantenimiento político. Ambos, que son casi invisibles ante la opinión pública, son transcendentales para el funcionamiento de la estrategia electoral para 2021 y 2024.

Y la confrontación del Ejecutivo es su “tarea”, esconde datos y quien critique o denuncie, es señalado, junto con el linchamiento en las redes. Oficialmente los programas sociales no son programas clientelares, pero en realidad eso son. Lo que busca obtener son votos, no bienestar. No maximiza costos, sino entrega dinero mediante transferencias directas.

La estrategia de AMLO no le está funcionando y se siente debilitado, su actitud y acciones reflejan derrota por eso los errores y precipitaciones de las últimas semanas, y hace una manifestación desatinada: que será “el guardián de las elecciones”. El INE responde y le advierte que ante cualquier otra expresión electoral el organismo actuará de oficio.

El consejero Ciro Murayama señaló que para un servidor público y gobernante lo que no está expresamente conferido por la ley está prohibido, y dado que el Presidente y servidores públicos no tienen atribuciones en materia electoral no pueden ser partícipes ni guardianes ni protagonistas, eso corresponde a otra instancia.

Por su lado, de manera reiterada, el presidente mantiene su crítica al INE. El consejero Jaime Rivera dijo: “es nuestra obligación fijar un criterio en el sentido de que los servidores públicos deben abstenerse en su comunicación política de intervención en asuntos electorales, y de manifestarse por medios gubernamentales a favor o en contra de cualquier partido político y con ello, afectar la equidad de la competencia electoral.

Las elecciones del 2021 están a la vuelta de la esquina, y estamos a tiempo de salvar a México, trabajando cada quien por su estado, de un gobierno autoritario que quiere terminar con la democracia.

Google News