Estériles, como prédica de mesías sin fe en el desierto, han resultado las primeras dos semanas de campaña a gobernador. Las candidatos y candidatos no conectan con la ciudadanía, quien está más pendiente del proceso de vacunación que de lo que puedan prometerles quienes aspiran a suceder a Francisco Domínguez.

Estériles porque los mensajes que envían no tienen narrativa política: Que si van con todo (como si se refirieran a unos tacos al pastor) o que si son valientes y otras frases que suenan hueca y sin sentido en un país que se lame las heridas provocadas por la pandemia y que muchos tienen una completa incertidumbre en el futuro.

Para reforzar las alicaídas campañas a la gubernatura, también ya iniciaron las de presidentes municipales y diputaciones, cuyas primeras movilizaciones parece que la crisis de salud provocada por el COVID19 fue un mal sueño y ahora realizan aglomeraciones para ganar el voto.

¿Qué nos indica esto? Pues además del desprecio por la salud pública, nos muestra la incapacidad de los políticos a adaptarse a las nuevas tecnologías, el escenario de confinamiento parcial y medidas restrictivas por el nuevo virus señalaba que tendrían que innovar en la forma de enviar sus mensajes y buscar nuevas formas de acercarse al electorado, más allá del típico mitin y saludar gente en los mercados

Pero no, solo buscaron la saturación del mensaje en las redes sociales, tanto que, en cualquier búsqueda de YouTube, a uno se le aparece un vídeo de Mauricio Kuri y su estéril mensaje de que va con todo.

Pero no todo ha sido aburrimiento y monotonía en estas campañas, la nota divertida la ha dado Morena y su falta de institucionalización y vocación de poder que se traduce en que el Instituto Electoral del Estado de Querétaro les rechazara candidaturas a presidencias municipales.

Claro, Morena estatal pudiera acusar que hay una campaña en contra suya por parte del árbitro electoral, pero hasta eso es incapaz de articular narrativamente por sus conflictos internos.

Raya en la ridiculez que la franquicia local del partido que gobierna a nivel nacional y tiene mayoría en el legislativo sea incapaz de armar un expediente burocrático para un trámite administrativo como es un registro de candidatura. Esas son actitudes de un partido chico que no entiende que ya gobierna, pero que en lo local tiene que ganarse ese derecho y que los votos no caen del cielo o se los manda San Andrés.

Falta de institucionalización porque en tres años cuando dieron el salto a segunda fuerza estatal no pudieron armar un cuadro burocrático partidista que fuera el encargado de llevar a cabo esos procesos administrativos básicos.

Tercera semana y contando y las campañas no despegan. A ver si con las incorporaciones de los aspirantes a alcaldes, despiertan algún entusiasmo entre los votantes.

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