Este domingo iniciaron las campañas electorales en toda la República Mexicana, las más complicadas e inciertas de nuestra incipiente democracia. Varios factores externos a los institutos electorales se conjugan en la novedosa manera de hacer campaña. No habrá grandes concentraciones de militantes ni simpatizantes; las redes sociales privilegian la participación. Será una batalla campal virtual. La pandemia modificó las campañas tradicionales. Esta vez los partidos no destinarán millones de pesos en movilizaciones, ese dinero se irá a redes sociales, privilegian el marketing político virtual. El día de la jornada electoral harán movilización individual para el “acarreo” de votantes.

Por primera vez la “campaña sucia” se promueve desde el mismo centro del poder público, ahí es donde se orquesta el desprestigio del árbitro electoral ante el riesgo de perder el control en la Cámara de Diputados. Todo hace presumir la maquinación del “fraude electoral oficial”. El ataque al INE lo refuerza el partido en el poder, desde el Senado de la República también. El frente formado por la sociedad civil organizada defiende a la colosal institución electoral, consolidada en 30 años de servicio. No siempre satisface a los contendientes, ha resistido arteros ataques. Esta vez es diferente, el presidente de la República encabeza la campaña.

Arrancan con la cancelación de 27 registros por incumplir con la rendición de cuentas. La mayoría de los irresponsables pertenecen al partido del presidente y parientes; incluso 2 candidatos a gobernador. En espera a que resuelva el TEPJF. Mientras los malandrines taladran los duros cimientos del INE compuestos de granito ciudadano. Reiteradas impugnaciones por la indebida intervención del presidente en el proceso electoral.

Habrá cancelación de candidaturas en caso de violencia de género durante la campaña. Como nunca los partidos propusieron candidatas a gobernadoras para privilegiar la equidad de género no prevista en la ley, bajo la exigencia a los legisladores adecuen las reglas en la Constitución para alcanzar la equidad en cargos unipersonales en las elecciones próximas.

Juegan 10 partidos políticos, más el emergente de AMLO. Miles de ciudadanos cuidarán el voto popular en 163, 244 casillas electorales, con un padrón de 94 millones, 407, 240 electores, en espera de cerrar la lista nominal electoral. La garantía y viabilidad de nuestra democracia en manos del ciudadano; éste decidirá si ratifica el poder al presidente sustentado en la Cámara de Diputados o lo revoca antes del referéndum.

Analista legislativo. @HectorParraRgz

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