Tal vez muchos no saben que el municipio de Cadereyta es territorialmente el más grande del estado, con una superficie de mil 131 kilómetros cuadrados, esto es 10% de la superficie total de Querétaro.

En los últimos 100 años ha tenido 69 presidentes municipales: 26 del PRI, desde 1946; tres del PAN y 40 sin partido político. Tampoco es muy conocido que gracias a Cadereyta, que cedió su territorio a nuestro estado, Querétaro fue incluido dentro del pacto federal en 1823, pues en aquellos tiempos se decía que este estado era un territorio muy pequeño y pobre; además, en esta localidad se hizo mucho por la independencia nacional.

Hay mucho por conocer del lugar que, sin duda alguna, regresa a la pujanza y al desarrollo. Si las autoridades municipales trabajan con inteligencia las potencialidades del lugar, en poco tiempo habremos de comprobar que la cabecera municipal cuenta, desde el punto de vista arquitectónico, con un gran patrimonio cultural y, por qué no decirlo, también histórico aún por descubrir al exterior.

Es mucho lo que se le debe a este lugar, políticamente hablando, a partir de la construcción de la hidroeléctrica Zimapán, obra de ingeniería civil que asombró al mundo y sirvió de referente en otros proyectos nacionales. Esta presa se construyó para generar la energía eléctrica que tanto necesitaba el desarrollo nacional. Con recursos otorgados por el Banco Mundial, superiores a los mil 200 millones de dólares, la región no sólo se vio favorecida sino inyectada con dinero, generándose empleos, impuestos, construcciones de carreteras, asentamientos humanos e indemnizaciones millonarias que muchos pobladores supieron aprovechar y cambió sus vidas.

Cinco años duraron los trabajos sin parar un solo día ni una sola noche. Más de 5 mil trabajadores en diversos frentes atacaron un programa que se tenía que cumplir en este ambicioso proyecto.

Con frecuencia visito la cabecera municipal. Cada vez me parece mejor cuidad. Su enorme plaza, que antes se mostraba desolada, fría y a veces polvosa, hoy luce arreglada, limpia y su entorno (edificaciones virreinales) bien cuidado, bien pintadas las fachadas y no se diga los templos.

Hace poco tiempo Cadereyta fue integrado al registro de Pueblos Mágicos, oportunidad para seguir adelante con proyectos turísticos que le permitan mayor bienestar, creación de empleos, inversiones en hoteles, restaurantes, tiendas de artesanías... Es hora de promover sus tradiciones y costumbres, de mostrar su historia, su comida.

Es mucho lo que se puede hacer, pero, para ser sinceros, no hemos visto una actitud de sus pobladores para explotar al máximo la enorme oportunidad turística que tienen, pese al esfuerzo del gobierno federal y estatal, a través de las secretarías de Turismo, para apoyar con recursos la vinculación, promoción y desarrollo.

Hepreguntado a algunos pobladores amigos y algunos propietarios si estarían dispuestos a realizar inversiones de sus propiedades para convertirlas en hoteles. La respuesta se queda en el aire y, la verdad, en este sitio hay edificaciones preciosas, grandes, con muchas posibilidades para abrir una hotelería de alto nivel, pero se necesita más que discursos, notas periodísticas: los lugareños deben asumir el interés de verse como un Pueblo Mágico, como un lugar digno de ser visitado por miles de turistas.

Seguramente su presidente municipal se esfuerza por posicionarlo, pero si no hay apoyo comunitario, por más ganas que se tengan para que verdadermante funcione el nombramiento de Pueblo Mágico, lograrlo será muy difíci.

A seguir trabajando, porque no hay peor lucha que la que no se hace, hay que aprovechar las grandes acciones del gobierno estatal. El gobernador José Calzada Rovirosa, a través del secretario Mauricio Salmón, viene posicionando esta enorme empresa que es el turismo nacional e internacional. Recuerden que los que se duermen llegan tarde.

Integrante del Consejo Nacional de Skal

Google News