La noticia que por 22 años muchos estuvieron esperando llegó el pasado miércoles, México volverá a celebrar un Gran Premio de Fórmula 1 por primera vez desde 1992. Excelentes momentos dejaron esas ediciones anteriores que se celebraron en nuestra maravillosa Ciudad de México con la participación de pilotos como el inolvidable Pedro Rodríguez, el escocés Jim Clark, el legendario Ayrton Senna, el francés Alain Prost, entre otros. También, hubo instantes no tan afortunados como la muerte del gran Ricardo Chamaco Rodríguez, pero sin duda este es un evento que más de uno extrañaba.

El Gobierno del Distrito Federal, la Secretaria de Turismo y la Corporación Interamericana de Entretenimiento (CIE) fueron los encargados de confirmar este gran evento y de dar las buenas noticias, entre ellas, los 18 mil empleos directos e indirectos que se generarán, los 2 mil millones de dólares de derrama económica que se espera conseguir en los 5 años de contrato, la renovación del Autódromo Hermanos Rodríguez el cual tendrá una longitud de 4,580 metros, en donde 150 mil espectadores podrán disfrutar de la velocidad. Además, se espera que 180 mil personas visiten la capital de nuestro país durante los días de competencia del Gran Premio y, lo que el mismo gobierno de la ciudad expresó en redes sociales, “posicionamos a la ciudad de México como Capital Mundial del Deporte”.

Antes de los amantes a este extraordinario deporte piensen que estoy “loco” por lo que a continuación van a leer, quiero aclarar que no estoy en contra del regreso de la Fórmula 1 a nuestro país, simplemente voy a expresar mi opinión respecto a la cara que presentaremos al mundo de nuestra ciudad. Como ya lo he mencionado en otras ocasiones, a los mexicanos nos encanta esto de la “fiesta”, de ser anfitriones, de organizar eventos como si fuéramos un país de primer mundo e intentamos mostrarle a los extranjeros lo que nosotros no podemos ver con nuestros propios ojos.

Estoy de acuerdo en que debemos mostrar que somos un excelente país y, en particular, una de las ciudades más maravillosas de mundo, pero creo que a quienes primero tendríamos que demostrárselo, es a nosotros mismos. Amo el Distrito Federal, aquí es donde nací, crecí y seguramente moriré, pero creo que esa imagen que queremos difundir está llena de “espejitos” y que las inconformidades de la gente que vivimos aquí respecto a algunos temas tienen un por qué.

Desafortunadamente habrá muchas personas que no estarán entusiasmadas con el Gran Premio de Fórmula 1 porque están preocupadas con el tema de la línea 12, con el no circula, la nueva reglamentación de los parquímetros en las colonias Roma y Condesa, la delincuencia, el tráfico, la contaminación y muchos temas más que nos afectan a los que vivimos aquí todos los días.

Sé perfectamente que gobernar una de las ciudades más grandes el mundo no es cosa fácil, que los cambios no se dan de un día para otro y que seguramente el hecho de traer grandes espectáculos es con la fiel convicción de que las inversiones nos permitan mejorar las condiciones de nuestro país, pero si revisamos las ciudades que están en el calendario de la Fórmula 1 podemos ver qué tipo de lugares son los que organizan estos eventos, y sabremos que no es casualidad que anteriormente se nos haya negado ese beneficio.

Ahora que nos han otorgado la confianza, debemos "quedar bien" ante los ojos del mundo, pero invito al gobierno de la Ciudad de México a que lo haga principalmente frente a la gente que vivimos aquí y que en algunos años realmente veamos los frutos que se espera nos deje esta "fiesta de velocidad".

Profesor

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