En 2014, el actual presidente, Andrés Manuel López Obrador, escribió un tuit que, paradójicamente, hoy vale la pena citar, precisamente para cuestionar el actuar del gobierno federal: “Sería el colmo que censuraran el internet ¿Qué acaso no les basta el control omnímodo que ejercen sobre los medios comunes de información?”, tuiteó.

Y es que desde que Twitter, Facebook, Instagram y Snapchat decidieron eliminar las cuentas de Donald Trump debido a que el —ahora— expresidente de Estados Unidos incitaba a la violencia con sus publicaciones que cuestionaban la legitimidad del sistema democrático estadounidense, Morena y sus aliados han cargado con furia en contra de las “benditas” redes sociales.

Son dos las polémicas que se han sucitado en torno a este tema: la primera nace a partir de que se manifestaran las intenciones que tiene el gobierno federal de crear una red social para las y los mexicanos; la segunda, a partir de las iniciativas propuestas desde la bancada de Morena para regular las redes sociales en el territorio nacional.

Ambos escándalos esconden amenazas disfrazadas de ‘productos milagro’, pues darle el poder de controlar nuestras libertades a los gobernantes puede ser muy peligroso. Dejar en las manos del Estado nuestra libertad de  opinar para que sean ellos los que la regulen, podría reprensentar el fin de este derecho tan valorado por la humanidad y por la democracia.

Al caer en el engaño de que estas regulaciones llegan para garantizar nuestras libertades, le estamos dando la oportunidad a Morena de decidir qué es lo que se debe decir, qué es lo que se debe escuchar y qué es lo que se debe difundir, lo que puede nublarnos el juicio y presentarnos una realidad completamente ajena y manipulada en favor de quienes hoy ostentan el poder.

Facebook y Twitter tienen, en nuestro país, 84  y 11 millones de usuarios, respectivamente; cifras que nos colocan dentro de las naciones con más personas activas en estas redes. Así es, más de la mitad de las personas que habitan en México tienen Facebook, por lo que sería muy preocupante que el flujo de información que circula en estos espacios virtuales y vitales fuera moldeado y censurado para beneficiar a los intereses de algunos pocos, pues estos medios de comunicación son altamente efectivos a la hora de difundir rápidamente información, ideas u opiniones y para abrir canales de diálogo; por ello es que, en el siglo XXI, las redes sociales son la mayor representación de la libertad de expresión.

Afortunadamente, ningún partido de oposición está dispuesto a ayudar a Morena a atentar en contra de las redes sociales, mucho menos Acción Nacional. Las redes sociales son empresas privadas con objetivos y reglamentos propios, y ya existe un marco legal que las regula, además de que son fundamentales para el desarrollo de la democracia.
Defender la libertad de expresión, proteger a las y los mexicanos de la censura y evitar que Morena y sus aliados destruyan los pilares de la estructura democrática que hemos, juntos, construido, es una prioridad para el PAN. No permitamos que, por caprichos, se haga y deshaga a diestra y siniestra con nuestra patria: ¡defendamos la libertad de expresión!

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