El lunes pasado, Manuel Bartlett pudo haber dado golpes de precisión, pero dio manotazos al aire. El director general de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) enumeró una larga lista de ex funcionarios del sector energético que a su parecer contribuyeron al ‘deterioro’ de la compañía al ‘apoyar’ a empresas extranjeras tras su paso por el sector público. “Es inmoral, eso no se hace”, aderezó el presidente Andrés Manuel López Obrador.

Según ambos representantes del gobierno de la Cuarta Transformación –viejos conocidos del sistema político mexicano– los ex funcionarios, entre los que se mencionó a José Córdoba Montoya, Jesús Reyes Heroles, Carlos Ruiz Sacristán, Luis Téllez, Alfredo Elías Ayub, Georgina Kessel y Yordi Herrera, ‘beneficiaron’ a empresas privadas con contratos ‘leoninos’. Pero si al Presidente le ha sido muy difícil probarle algo a personajes como Carlos Romero Deschamps o Emilio Lozoya, menos podrá hacer contra estos ex servidores públicos que ya han salido a defenderse.

A diferencia del director general de Pemex, Octavio Romero, cuyo bajo perfil ha dejado mucho que desear, Manuel Bartlett quiere ser protagonista de lo que denomina el ‘rescate’ de la CFE. Sin embargo, en su intento por enmendar lo que cree que se ha hecho mal, particularmente en la administración pasada, podría llevarse entre los pies a uno de los poquísimos integrantes del neoliberalismo que rescató la 4T: Jorge Mendoza Sánchez, actual director general de Banobras y de la Sociedad Hipotecaria Federal.

Mendoza Sánchez llegó a la dirección de Finanzas de la CFE en agosto de 2016 y concluyó su mandato con la administración peñanietista el 1 de diciembre, para saltar al gobierno de Andrés Manuel López Obrador.

Bartlett ha dicho que recibió una CFE altamente endeudada y con una situación financiera crítica. La prueba de fuego vendrá en los próximos días que se presente el plan de negocios y financiero de la empresa.

De entrada, se prevé que haya anuncios respecto del Fideicomiso de Inversión en Energía e Infraestructura, conocido como Fibra E, el cual colocó con éxito Jorge Mendoza –hijo de Jorge Mendoza Garza, presidente de Información y Asuntos Públicos de Grupo Salinas–, en los mercados nacionales e internacionales. La mayoría quedó en manos de las Afores.

El temor de inversionistas y ex funcionarios de la CFE es que el futuro de la Fibra E sea el mismo del Fideicomiso colocado para financiar el Nuevo Aeropuerto Internacional de México, el cual quedó liquidado este martes.

Desde que Manuel Bartlett fue anunciado como nuevo director general de la CFE, el 27 de julio pasado, a la fecha, los certificados han perdido 8%.

El nuevo director de CFE Capital, quien es el responsable de este tipo de instrumentos financieros, es José Arturo Cerón Vargas, un economista del IPN, maestro por la Universidad de las Américas y cercano a Bartlett. El anterior director de esta subsidiaria es Joaquín Escamilla Orozco, un ex funcionario del ITAM con experiencia en el Infonavit, la Secretaría de Hacienda, Nacional Financiera y BBVA Bancomer.

A la nueva dirección de Finanzas no le convence la Fibra E porque implica compartir riesgos, pero este tipo de instrumentos pueden ofrecer alternativas de financiamiento a otras empresas de la CFE para lograr los objetivos de la nueva administración.

Si Bartlett decide cancelar la Fibra E y liquidar los más de 16 mil millones de pesos levantados en el mercado, será una afrenta directa a su compañero de fórmula en la 4T: Jorge Mendoza, a quien Carlos Urzúa ve con buenos ojos, lo mismo que uno de los asesores empresariales del Presidente: Ricardo Salinas Pliego.

Posdata. A propósito de la 3 de 3 del director de la Comisión Federal de Electricidad, que reportó tener ingresos mensuales por 313 mil 924 pesos, dos edificios con una superficie construida de 800 y 248 metros cuadrados, respectivamente, así como tres locales y una biblioteca; ¿entre estos está el lujoso departamento que posee en el hotel St. Regis de Paseo de la Reforma?

Twitter: @MarioMal
Correo: mario.maldonado.padilla@gmail.com

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