La fórmula con la que los inversionistas privados lograron poner un pie en el sector energético mexicano durante la administración de Ernesto Zedillo –los Pidiregas–, es la misma con la que Manuel Bartlett, respaldado por el presidente Andrés Manuel López Obrador, pretende dejarlos fuera de la generación eléctrica.   ​

La adopción y aprobación del añejo modelo para financiar 12 nuevas plantas generadoras de la CFE, según el Plan de Expansión de Infraestructura de la empresa productiva del Estado representa prácticamente el tiro de gracia a las subastas de energía y al mismo tiempo marca el inicio del tan anunciado regreso al monopolio de generación estatal.

​Lo irónico del asunto es que en 1997, cuando el entonces subsecretario de Egresos, Santiago Levy –quien Alfonso Romo quería que fuera el secretario de Hacienda–, y su equipo diseñaron los Proyectos de Inversión Diferida en el Registro del Gasto (Pidiregas), tenían como objetivo abrir una ventana para la participación de las inversiones privadas en proyectos petroleros y de generación de energía.

​De hecho, y de acuerdo con reportes del Centro de Estudios de las Finanzas Públicas del Congreso de la Unión, los Pidiregas se convirtieron durante una década en el modelo de financiamiento de hasta 80% de las obras de infraestructura energética realizadas en el país, principalmente durante el sexenio del panista Vicente Fox.​

Los reportes reflejan también que el argumento de liquidar cada proyecto con los propios ingresos generados por la nueva infraestructura resulta en realidad una utopía, pues tras comprometer recursos por más de un billón 900 mil pesos en alrededor de 330 proyectos, el gobierno mexicano arrastra todavía una deuda con fecha de liquidación contemplada hasta el año 2045.   ​

No obstante, ante un riesgo de colapso del Sistema Eléctrico Nacional y sin posibilidad en el corto plazo de acceder a financiamiento público, el director de la CFE, Manuel Bartlett, decidió apostar por la resurrección de uno de los conceptos que, según el propio Banco de México, más han robustecido históricamente los pasivos del país.

​La razón, y el director de la CFE lo sabe muy bien, es que de no obtener en los siguientes tres años un incremento en capacidad de generación de por lo menos unos 10 mil megawatts se estaría condenando al país a los cada vez más recurrentes apagones y, en ese indeseable escenario, incluso a los cortes de energía programados.​

Frente a esta realidad de uno de los más radicales de la cuarta transformación –aunque su estilo de vida vaya en contra de la austeridad republicana– la alternativa que ha planteado Hacienda, a cargo de Carlos Urzúa, es que los privados diseñen y financien sus propios proyectos. De hecho, se tiene contemplada una bolsa de 5 mil millones de dólares para invertir en infraestructura de generación para los próximos tres años, justo el periodo en el que todavía se ve con vida la Reforma Energética.​

Sin embargo, compartir riesgos con la iniciativa privada en los sectores estratégicos no es una posibilidad que se contemple entre los funcionarios de la Secretaría de Energía, a cargo de Rocío Nahle, y menos por parte de Manuel Bartlett, pues, tal como lo establece el espíritu mismo de los Pidiregas, el único responsable del fracaso o éxito de los proyectos energéticos será el Estado mexicano.   ​
 
La apuesta de Braskem

La compañía brasileña Braskem Idesa invirtió 5 mil 200 millones de dólares en Nanchital, Veracruz, una comunidad olvidada por el sector público, pero al que esta empresa le ve potencial, por lo que ha producido en ese lugar al menos 2 millones de toneladas de polietileno de alta y baja densidad. Para la 4T, el sector energético es clave y para las empresas es momento de demostrar su potencial, así que Braskem, de la mano de Danilo Dias Garcez, director de Finanzas, va por su expansión.
 
Sugarfina abrirá 26 tiendas en México

La lujosa marca de productos de confitería, Sugarfina Inc., nacida en 2013 en el exclusivo barrio de Beverly Hills, aterrizará a México, donde planea abrir 26 tiendas en los próximos cinco años.

La marca hizo una alianza con GINgroup, del empresario Raúl Beyruti, que ya opera cadenas de restaurantes, para expandirse en el país y más adelante en Latinoamérica.

La idea es que la segunda etapa de crecimiento de la marca en México sea a través del comercio electrónico y mediante asociaciones con cadenas de autoservicio y departamentales.

Fundada en internet por Rosie O’Neill y Josh Resnick, Sugarfina tiene más de 50 ubicaciones en ciudades como Los Ángeles, Nueva York, Boston, Chicago, Vancouver y Hong Kong.
 
¿Consentida del metro?

Las contrataciones del servicio de limpieza en el Metro de la CDMX se podrían volver un dolor de cabeza para su directora Florencia Serranía, pues en el sector aseguran que la firma Tecno Limpieza Ecotec se refrenda como la ‘consentida’ en este organismo.

Basta saber que se llevó vía adjudicación directa el aseo de 85% de las instalaciones del metro para la primera mitad del año, sumado a los contratos STC-CNCS-037/2018 y STC-CNCS-084/2018 que la administración anterior le dio también, los cuales ascienden a más de 190 millones de pesos. Pero el asunto no termina ahí, ya que esta firma está obligada por contrato a dar de alta en el IMSS a 4 mil trabajadores y a la fecha sólo suman 850 empleados.


 
@MarioMal
mario.maldonado.padilla@gmail.com

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