El domingo 1 de septiembre el titular del Poder Ejecutivo rindió su “tercer-primer informe” de gobierno en Palacio Nacional, muy a su estilo, en esta ocasión no se montó el dispositivo de seguridad propio de un evento de esta magnitud. No faltó quien exaltara las nuevas formas, símbolo de “austeridad” y “cercanía con el pueblo”, pero no nos confundamos, el prescindir de un dispositivo de seguridad y permitir el libre paso a los alrededores del recinto no resta que los ciudadanos vivamos en un México con los índices de violencia más altos de los que se tenga registro; no queramos tapar el sol con un dedo, en aras de parecer diferentes y austeros se pone en riesgo la integridad de las y los invitados al primer informe y se desvía la atención de aspectos verdaderamente importantes. Dice el presidente que los altos índices de violencia son culpa de administraciones anteriores y en cierta medida quizás tenga razón, pero vale la pena hacer algunas precisiones, empezando por el hecho de que México es un país más violento respecto a cómo le fue entregado, ahora, él conocía esta situación de primera mano, sino ¿de qué sirvieron años y años de campaña? Ya es el presidente, y como a cualquier presidente los ciudadanos le exigimos resultados, básicamente, poder vivir tranquilos.

Es común encontrar en redes sociales comentarios que denotan indignación cuando se critica, mejor dicho: cuando se pone en evidencia el complicado momento que atraviesa nuestro país, consecuencia de malas decisiones, improvisación y falta de experiencia a la hora de gobernar. Es obligación de cualquier oposición real señalar cuándo las cosas no marchan como deberían, peor aun; cuando no marchan cómo nos prometieron.

El mensaje del presidente (decimos “mensaje” porque no fue propiamente un “informe”) estuvo colmado de dichos que no coinciden con los hechos, verdades a medias, y algunas verdades. El Sabueso de Animal Político hace un análisis puntual de lo expuesto por el presidente: “…incluyó supuestos logros que no pueden confirmarse, pero también presentó datos que ha repetido en los últimos meses, aunque éstos son inexactos o falsos”. Es mentira que México haya registrado la “cifra más alta en la historia” de Inversión Extranjera, tampoco es cierto que ya no existan tomas clandestinas tras la implementación de la estrategia contra el robo de combustible, o que se haya creado el Instituto para Devolverle al Pueblo lo Robado”.

En otros temas: después de que Morena pretendiera reformar la Ley Orgánica de la Cámara de Diputados para afianzarse en la presidencia de la Mesa Directiva luego de una larga discusión, el que fuera presidente: Porfirio Muñoz Ledo “en un acto de congruencia” desistió de prolongar su encomienda más allá de lo que las leyes vigentes le permiten, argumentando que “se puede tener el poder y no pasar a la historia y pasar a la historia sin tener el poder” aun no nos queda claro qué es lo que quiso decir porque la intención firme era continuar al frente de la Mesa Directiva. “No seré un estorbo para los entendimientos” dijo, pareciera que Morena busca el aplauso y el agradecimiento de las y los ciudadanos por respetar el estado de derecho. Lo pronunciado hace unas semanas en la Cámara de Diputados por el consejero presidente del Instituto Nacional Electoral cobra fuerza ante situaciones como esta: “No hay que olvidar que hay que ser demócratas cuando se es oposición pero más aun cuando se es gobierno”. —Lorenzo Córdova.

Diputada federal del PRI

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