A un año del triunfo de Andrés Manuel Lopez Obrador; recibió una economía estable y prometió que en su primer año de gobierno creceríamos 4%, pero los pronósticos para este año ya ni siquiera alcanzan el 1%, a través de una consulta ciudadana —ilegal— organizada por personas afines a la 4T canceló las obras del NAIM. Hoy sabemos que la cancelación saldrá más cara que terminar de construirlo; la alternativa que proponen es utilizar la base militar de Santa Lucía como extensión aeroportuaria construyendo un par de pistas, pero hasta el momento no se tienen los estudios ambientales ni aeronáuticos necesarios para su implementación. Nos dijo que no endeudaría más a nuestro país pero en días pasados solicitó prestamos con más de 20 bancos por 8 mil mdd para refinanciar la deuda de Pemex, la refinería de Dos Bocas es un proyecto que de iniciarse sería casi imposible que esté listo en este sexenio, aunado a que no resolverá la crisis de décadas de la paraestatal ni bajará el precio de los hidrocarburos, (tampoco se tienen los estudios técnicos que avalen su construcción). El huachicoleo no ha cesado y las cifras oficiales no muestran una disminución en esta práctica, al contrario: fue una medida que provocó desabasto y psicosis colectiva en al menos 8 estados de la República Mexicana. Vivimos el momento más violento en la historia del México moderno (14 mil 133 homicidios dolosos de enero a mayo: 94 al día, 4 cada hora, 1 cada 15 minutos) la primera gran misión de la Guardia Nacional no será combatir esta ola de violencia, sino contener el flujo migratorio hacia EU. En aras de la austeridad y combate a la corrupción se hicieron recortes a ciencia, deporte y cultura, siendo ésta ultima la más afectada con una reducción a su presupuesto de más de 500 millones de pesos. El nuevo gobierno dio un duro golpe al programa estancias infantiles y a los refugios para mujeres en situación de violencia, la lista podría seguir: desabasto de medicinas a nivel nacional, adjudicaciones directas. Si algo ha caracterizado a este gobierno es su habilidad para descalificar y difamar a cualquiera que no esté de acuerdo con su agenda o con sus formas tan peculiares de gobernar; periodistas, ciudadanos, políticos y en un principio hasta el poder judicial; la lista sigue y sigue, todo ha sido tocado. En semanas pasadas el grupo mayoritario en la Cámara de Diputados presentó una iniciativa que es a todas luces un atentado contra lo único que nos queda: nuestra democracia.

La corrupción y la austeridad se han convertido en el pretexto perfecto para desmantelar todo lo que estorbe; esto, a criterio del ejecutivo federal. Pareciera que la consigna es: todo lo que esté en contra o no forme parte de los planes del nuevo gobierno deberá desmantelarse. A un año del triunfo del nuevo régimen a todo le han metido mano, ahora también a nuestro sistema democrático, la iniciativa presentada por Morena propone, entre otras cosas:

Reducir o desaparecer los Órganos Públicos Locales Electorales y sustituirlos por consejos locales del INE nombrados desde la Cámara de Diputados, fusionar áreas del INE, reducir o incluso desaparecer el Consejo General del INE, recortar a la mitad las prerrogativas de los partidos políticos, reducir el número de diputados y senadores a través de la eliminación de la representación proporcional.

Hay que decirlo como es: la finalidad de la propuesta no es ahorrar recursos; sí, es cierto, tenemos una de las democracias más caras del mundo, pero también, una de las más consolidadas, fruto del trabajo colectivo de por lo menos 30 años, en el Grupo Parlamentario del Revolucionario no permitiremos que se ponga en riesgo a una de las instituciones que tanto ha aportado al desarrollo de nuestro país.

En tiempos de la 4T vale la pena tener presente lo que pronunció el Consejero Presidente del Instituto Nacional Electoral en los recientes foros para la Reforma Electoral “…hay que ser demócratas cuando se es oposición, pero más aun cuando se es gobierno”.

Diputada federal del PRI

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