La cobertura informativa sobre el cobro por el #Reemplacamiento en Querétaro, que ha motivado inconformidad en miles de ciudadanas y ciudadanos contra el gobernador Mauricio Kuri González, es un ejemplo de cómo se busca imponer una narrativa dominante desde el Estado a través de los medios de comunicación.

Pese a los intentos por desactivar la movilización ciudadana, la búsqueda por desacreditar los llamados a manifestarse en contra del cobro (el más caro en el país) y “desmotivar” a través de información publicada en medios, decenas de personas salieron a las calles del Centro Histórico el viernes 14 de enero.

Los medios de comunicación, en su mayoría, han jugado un papel de comparsas del discurso oficial que busca legitimar el cobro. En su narrativa, sutilmente tratan de decirle a sus audiencias que no vale la pena protestar. Para ello, se recurre a todo tipo de tácticas, incluso una “nota” del pseudo periodista Joaquín López Dóriga que, sin verificar, confundió a un ciudadano con el delegado de la Secretaría de Gobernación (Segob) en una marcha.

Como audiencias de medios de comunicación, uno de los derechos consiste en tener información con pluralidad y diversidad de ideas, que genere más calidad. Cuando el Estado trata de imponer una narrativa dominante, las audiencias no solamente pueden exigir apertura a los medios, sino convertirse en un contrapeso en los hechos.

Uno de los principales debates que podrían surgir con respecto a los derechos de las audiencias y la libertad de expresión es la limitación que estas podrían poner hacia los contenidos, pero también podrían impulsar muchas otras propuestas que suelen no encontrar cabida en los medios, no porque sean deficientes, sino por la falta de interés comercial o la ausencia de perspectivas más incluyentes.

“En momentos que se busca imponer una agenda muy clara desde el Estado, el contrapeso que pueden tener las audiencias es crucial para impedir que los contenidos mediáticos sean absorbidos por solo una agenda, pues pueden pugnar por la diversidad de voces y de enfoques, y la forzosa apertura de las estructuras masivas de comunicación”, publicó Leonardo Bastida en un artículo del portal “La Silla Rota”, el 7 de enero.

Con base en las ideas del especialista, valdría la pena preguntar y monitorear: ¿qué medios de comunicación le han dado espacio y voz a Bernardo Romero Vázquez, impulsor para juntar las firmas contra el reemplacamiento en la plataforma change.org? En el caso de quienes sí le han dado espacio y voz, ¿ha sido en equidad de tiempo y condiciones en relación al discurso oficial del gobierno de Kuri?

Más preguntas: en la cobertura informativa sobre las convocatorias a protestar en calle contra el impuesto y cobro del gobierno estatal, ¿los conductores y las conductoras del medio lo han hecho sin demeritar la convocatoria?

Además de “Presencia Universitaria”, que dedicó una mesa de análisis con la participación de activistas y ciudadanos contra el reemplacamiento el viernes 14 de enero por la mañana, ¿qué otros noticiarios de radio y televisión han abierto el espacio a estos perfiles, sin criticar o demeritar el esfuerzo ciudadano?

Ootra vergüenza del “teacher”. Joaquín López Dóriga, quien apareció en una “selfie” junto al gobernador Kuri, demeritó el esfuerzo ciudadano contra el cobro al calificar como “minimanifestación de Morena”, y señaló a un ciudadano como si fuera el delegado de la Secretaría de Gobernación en Querétaro. El portal “Libertad de Palabra” desnudó esta equivocación.

Periodista y profesor de la UAQ

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