El periodo de campañas electorales a nivel federal y local entrará en su etapa final este lunes 18 de junio. Considero relevante que los candidatos y sus seguidores, sobre todo los que buscan la Presidencia de la República, disminuyan sus discursos y acciones, que están alimentando la polarización y el odio incluso entre ciudadanos.

Es momento de mesura, sensatez y prudencia. Lo más importante es ejercer el derecho al voto, involucrarse activamente en la campaña y contribuir colectivamente en la democratización del país, pero sin llegar al insulto, denuesto o discriminación contra quien ideológicamente piensa diferente o votará por una opción que dista de la propia.

Empiezo por el candidato Ricardo Anaya y sus simpatizantes. Combinar su capacidad de oratoria con decir mentiras en los debates no sólo ha sido un error y un engaño, sino una muestra de la desesperación en la que se encuentran él, su equipo y sus simpatizantes. Distintos portales de internet y sitios que verifican las aseveraciones e intervenciones de los candidatos en debates han demostrado la información falsa que ha mencionado Anaya Cortés, en más de una ocasión, para atacar o aludir al candidato López Obrador. Lo primero que habría que pedirle al candidato es que evite las mentiras y sembrar el odio, disfrazado o bajo pretexto de presentarse como buen orador.

En cuanto a sus seguidores —aclaro que no me refiero a todos los que votarán por él—, habría que solicitarles respeto, tolerancia y una dosis de realidad político-social del país.

No todos los seguidores de AMLO y Morena son “flojos”, “mantenidos”, pejezombies o chairos. Varios simpatizantes de Anaya se sorprenderían de la cantidad y del perfil de personas que tienen estudios de posgrado, trabajan arduamente en la generación de riqueza de este país y que votarán por AMLO. La tolerancia la resumiría en una frase: respetar la decisión de las mayorías. ¿Están dispuestos a trabajar y convivir bajo el resultado de las urnas?

Si dos termómetros de las campañas fueran las calles y las encuestas elaboradas con seriedad tanto por cúpulas empresariales (Coparmex, por ejemplo) como por casas encuestadoras de trayectoria, la radiografía muestra que es muy probable el triunfo de López Obrador el 1 de julio.

En cuanto a AMLO y sus seguidores, si desean abonar a la tranquilidad, convivencia armónica y contribuir al antídoto contra la polarización, también hay sugerencias. Primero, al candidato habría que recomendarle “medicina” contra la necedad, el disco rayado de su discurso y los descalificativos contra quienes piensan diferente a sus principios. No todos los problemas del país se resolverán con el combate a la corrupción. Perdió otra oportunidad de convencer durante el tercer debate por la falta de profundidad, ¿preparación? y habilidad. Anunciar a posibles integrantes de su gabinete lo muestran como sus detractores lo han señalado: soberbio y sobrado.

Para sus simpatizantes, deben recordar que el triunfo no es seguro. Hay miles de ciudadanos que no votarán por él. Militantes del PAN y seguidores de Anaya no son en automático fifís, potentados ni integrantes de la “mafia del poder”. Con ellos y otros miles de habitantes tendremos que sacar adelante al país. Por eso, #YoVotoSinOdio, como lo propone #AsíVotamos, propuesta pertinente de la que hablamos aquí el domingo anterior.

Recomendación de la semana. La fotografía que desnudó las campañas y a más de un candidato en Querétaro, que ha dado la vuelta al mundo a través del periódico El País y el portal Aristegui Noticias, será motivo de análisis y debate este miércoles 20, a partir de las 10 am, en TvUAQ y Radio Universidad, en el canal 24.1 de televisión pública abierta o en la frecuencia de 89.5 FM. Captada en un recorrido del candidato Luis Bernardo Nava (PAN) por el tianguis de La Cruz, la fotografía de la periodista Miriam Martínez Meza será puesta bajo la lupa de especialistas en el tema de derechos de las audiencias.

Feliz lunes.

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