Dentro de unas horas, la popularidad del presidente y la unidad de los mexicanos serán sometidas a prueba. Con acuerdo arancelario o sin él, ambas deberán evidenciar su fortaleza. Y juntas, tendrán que enfocarse a rechazar las presiones del gobierno de Estados Unidos. Y aunque por eso la relación entre ambos países no cambie, debe ser una exhibición de decoro social-gubernativo como nunca se haya visto.

La convocatoria que lanzó Andrés Manuel López Obrador a un “Acto en Defensa de la Dignidad de México y la Amistad con Estados Unidos” para mañana sábado, en Baja California, es una respuesta inteligente y valiente a la embestida de Donald Trump contenida en su advertencia de imponer aranceles a las exportaciones mexicanas, lo cual ni los congresistas de su partido apoyan.

Es también el rechazo a su absurda negativa de llegar a un arreglo con México para atender conjuntamente el problema de las corrientes migratorias centroamericanas. Pretender que su vecino enfrente solo el problema, es irracional e inadmisible.

La apelación de AMLO a sus gobernados, evidencia su indeclinable postura de “no hacer nada para quedar bien con gobiernos extranjeros”, como pocas veces alguien se atrevió a eso.

Su estrategia de plantarse a las puertas de Imperio con los agentes políticos, económicos y sociales más importantes del país, conlleva la reiteración de su desacuerdo con la postura de su homólogo norteamericano, así como la ratificación de amistad con los ciudadanos.

El timing de AMLO para asumir decisiones, es indudable. Como ejemplo de su habitual oportunidad y precisión para actuar, el 20 de mayo puso en perspectiva, junto con la Conago, el Acuerdo Nacional para la Concordia.

Este concepto implica estar de acuerdo. Es la antítesis de la discordia, que caracteriza a la sociedad mexicana. Ese pacto se ha concebido específicamente para combatir la corrupción, alcanzar un crecimiento económico de 4% anual, revertir la inseguridad y la violencia, y encarar la pobreza, procesos de mediano-largo plazo.

Para cristalizarlos, empero, reclaman acciones inmediatas, para hoy. Exigen que la sociedad esté determinada a luchar por lo mismo. Y lo urgente es tratar de salvaguardar el entorno comercial internacional, con lo cual Trump pretende asfixiarnos.

En el pasado, los exhortos a la unidad fueron parte de un discurso que, manido, cayó en el descrédito. Hoy, dada la urgencia nacional, esto no puede ocurrir. La respuesta al llamado de AMLO, debe ser decidida, multitudinaria, generalizada y permanente.

Si llegamos a ser conscientes como sociedad de lo que está de por medio en el peligroso juego de Trump, sólo tenemos la alternativa de reconocernos todos en todos. De respaldar sin titubeos al presidente. De caminar en una sola dirección hacia un mismo objetivo. Así, será más difícil que EU nos victimice y que su presidente nos subordine a sus dictados.

Si logramos actuar sobre el lema todos somos todos y que cuanto ocurra a unos atañe y afectará a los demás de algún modo, llegaremos al convencimiento de que, unidos, podemos encarar las adversidades con mejores perspectivas de superarlas.

SOTTO VOCE… Como en el Conacyt, en Nafin tampoco hay pobreza franciscana con el agua francesa y el salmón canadiense que consumen sus empleados... Al parecer, no se descarta el envío de los primeros integrantes de la Guardia Nacional a la frontera con Guatemala para ablandar la intransigencia y “necedad electoral” de Donald Trump. Con ello, se evitaría que entren en vigor los impuestos a las exportaciones mexicanas a partir del próximo lunes… Que muy pronto saldrá a la luz pública otro caso de las grandes y ofensivas fortunas hechas al amparo del poder recientemente. Será otro ejemplo de la lucha anticorrupción del gobierno de Andrés Manuel López Obrador.

ombeluniversal@gmail.com

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