Cuando el “loco izquierdista” de Luis Echeverría gobernó nuestro país (1970-1976), tres fueron los factores distintivos de su gestión: gasto público irresponsable, la loca idea de que se podía ayudar a los pobres quitándole a los ricos —por lo que agredió al sector privado— y el crecimiento del narcotráfico.

Fue en 1973 cuando el régimen echeverrista asesinó a don Eugenio Garza Sada, el emblemático empresario regiomontano que se distinguió por ser un empresario social. Oficialmente se dijo que había sido un intento de secuestro por parte del grupo guerrillero “La Liga 23 de septiembre”, sin embargo me recuerdo que El Loco Valdés, comediante de aquella época, dijo en su programa nocturno: ¿Qué cenó el presidente Echeverría anoche?... Garza asada. Este fue el chiste del Loco por el que le cancelaron su programa.

El gobierno de Luis Echeverría radicalizaba las posiciones de izquierdistas y derechistas, fomentaba la lucha de clases, y promovió las invasiones de tierras en los valles agrícolas de Sinaloa y Sonora. Los últimos dos años de su gestión se incrementó de manera notable la agitación en el campo y la confrontación del sector privado. Fue este período el que lideró la Coparmex, sindicato patronal de libre afiliación, don Andrés Marcelo Sada.

Andrés Marcelo, como lo conocían en el sector empresarial nacional, asumió con firmeza la defensa de la propiedad privada y se solidarizó con los pequeños propietarios del país, específicamente los del norte. Conformó un frente nacional que aglutinaba agricultores de varios estados y en la Ciudad de México se realizó el primer congreso de empresarios agrícolas, y es ahí donde los pequeños propietarios del país acordaron defenderse en contra de las invasiones de tierras y de las expropiaciones que promovía el régimen socialista de Luis Echeverría.

Andrés Marcelo entendió que la lucha de los agricultores no era solo un asunto del campo, sino una violación al derecho de propiedad privada y a la libre empresa promovido por los izquierdistas incrustados en el poder.

Destacaron en la defensa de la tierra en los estados de Sonora, Carlos Amaya, Javier Castelo, Adalberto El Pelón Rosas, y en Sinaloa, Manuel Maquio Clouthier, Lauro Díaz Castro, Manuel El Chato Tarriba, y el ingeniero Héctor R. González, entre otros.

Finalmente es conocido que el loco de Echeverría expropió las tierras de Sonora y que Sinaloa se salvó por “pura vanidad”, como da cuenta Maquio en un artículo periodístico titulado La reunión tripartita, donde estarían avalando al gobierno el sector obrero y el sector empresarial. Los empresarios molestos por las expropiaciones en Sonora deciden no avalar con su presencia en la reunión tripartita al gobierno, lo que provocó la promesa de Echeverría a Armando Fernández, entonces presidente del CCE, que no expropiaría Sinaloa.

Cuando Fernández comunicó al seno del Consejo Coordinador sobre la promesa presidencial y propuso asistir a la reunión, Andrés Marcelo Sada preguntó, ¿y Sonora? La respuesta del grupo a Sada fue: “Sonora ya se chingó”, y se acordó la presencia del sector empresarial en la reunión tripartita.

Andrés Marcelo Sada no asistió al acto oficial por solidaridad con Sonora. Esto le valió ser acusado desde el Congreso de la Unión de traidor a la patria. La anécdota ilustra los excesos del poder presidencial en México ante la falta de contrapesos.

Don Andrés Marcelo Sada fue contrapeso y lo hizo desde la Coparmex, institución que se le ha dado llamar “la consciencia del sector privado”.

Descanse en paz el patriota Andrés Marcelo.

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