La irrupción de Ricardo Anaya Cortés, como el anunciado candidato del Frente por México, no solo completa la boleta electoral con las tres opciones más fuertes que tendrán los mexicanos para elegir el 1 de julio de 2018, sino que confirma el acomodo de las fuerzas políticas para el arranque de las precampanas, en las que la alianza PAN-PRD-MC se ubica de salida, ya con candidato en la segunda posición, atrás de Morena, pero por arriba del PRI que inicia en una difícil tercera posición que complica la sucesión y las posibilidades de mantener el poder para el partido gobernante.

Aunque no hubo sorpresa, al final la imposición de Anaya como candidato frentista, con todo y la evidente molestia de Miguel Ángel Mancera que acusó una “traición” de dirigentes de su partido, significa una primera derrota para el presidente Peña Nieto y para el PRI. Porque desde el gobierno apostaron todo, primero por la no consolidación del Frente —para lo cual desplegaron toda una operación política y mediática que buscaba la muerte prematura del bloque opositor— y segundo a que, de consolidarse esa alianza, el candidato no fuera el dirigente nacional del PAN. Fallaron en una y en otra y hoy el escenario de arranque formal de la carrera presidencial es el más complicado para el PRI y para su candidato José Antonio Meade.

Porque hoy se sabe que uno de los argumentos que le vendió el canciller Luis Videgaray para la postulación de Meade era precisamente que él le garantizaba que un “bloque de gobernadores del PAN” iban a “jalar y a apoyar” al secretario de Hacienda “porque les hemos dado recursos”. Pero ayer, durante el acto en el que Ricardo Anaya fue lanzado como candidato del Frente en el WTC, la asistencia de 11 de los 10 gobernadores panistas pareció echar por tierra la idea de Videgaray que o le mintió al presidente o le vendieron un supuesto apoyo de los mandatarios del PAN que no era seguro. El único gobernador de Acción Nacional que no acudió al evento fue el de Puebla, Antonio Gali, quien se solidarizó con el aspirante poblano Rafael Moreno Valle, quien tampoco acudió en señal de molestia porque no se atendió su petición de un método abierto para elegir al candidato frentista.

Hoy Anaya se convierte en la “piedra en el zapato” para el proyecto de continuidad de Peña Nieto y la consolidación de la candidatura de José Antonio Meade. Todos los análisis de los estrategas de Los Pinos decían que, el PRI “tenía que arrancar en segundo lugar de la contienda” para poder dar paso a un enfrentamiento “cara a cara” con Andrés Manuel Lopez Obrador y volver la elección presidencial una “contienda de dos”. Hoy, a reserva de lo que pase en las próximas semanas, de aquí al arranque formal de las campañas en marzo, en el inicio de las precampañas, ese escenario ya no se cumplió y el abanderado priísta parte de un lejano e incómodo tercer lugar, mientras que la pelea con López Obrador la tiene en esta etapa el indeseado Ricardo Anaya.

Y ayer el abanderado de la coalición Por México al Frente ya dio una muestra de hacia dónde irá su discurso y su estrategia de campaña: la propuesta de un “cambio profundo” pero “no hacia “las locuras del pasado” que representa López Obrador, ni a “continuar con más de lo mismo en corrupción, precarización salarial, deuda externa e inseguridad y violencia” de las que señala al candidato priísta Meade Kuribreña. Está claro, pues, que en el contraste que buscan posicionar desde el gobierno, entre el pasado del lopezobradorismo y el futuro que le atribuyen a la continuidad del candidato del panismo, ayer irrumpió la que apuesta a ser la “opción intermedia” con un candidato que se le impuso al panismo, derrotó al gobierno y, contra todo lo que se ha dicho y documentado en su contra —traidor, enriquecimiento de su familia, autoritario, mentiroso, etc.— hoy está en la ruta de buscar la Presidencia.

NOTAS INDISCRETAS…La reacción contundente de Miguel Ángel Mancera a que se le haya cancelado “por consenso” la posibilidad de competir o al menos de hacer campaña como precandidato, aun cuando ya hubiera un acuerdo a favor de Anaya para que al final él fuera el candidato, fue abrir la contienda por la candidatura del Frente a la CDMX. Su enojo con Alejandra Barrales, a quien le retiró su apoyo y con otros dirigentes del PRD que siente que lo “traicionaron” al final, se manifestó al mandar a Armando Ahued y a Salomón Chertorivsky a competir por la candidatura que al final terminará definiendo él, por lo que es casi seguro que no será Barrales… La UAM envió una carta en la que niega la acusación de académicos y maestros de esa casa de estudios, de que el rector General, Eduardo Peñalosa Castro, “vendió” una candidatura a rector de la UAM-Xochimilco. Reconoce que el rector sí se reunió con la diputada y ex rectora Patricia Aceves, días después del sismo del 19-S, pero que fue parte de la “intensa actividad en búsqueda de recursos para rehabilitar las instalaciones afectadas”. Y en efecto, acepta que se obtuvieron 50 millones de pesos adicionales al presupuesto pero no para la Unidad Xochimilco, sino para Azcapozalco e Iztapalapa, dice la carta firmada por la directora de Comunicación de la UAM, Sandra Licona. El hecho es que, primero, el candidato que según académicos había sido “recomendado” por la diputada Aceves, Fernando de León, ya es rector de la UAM-Xochimilco, y segundo, que alguien con poder dentro de la Cámara de Diputados les consiguió los 50 millones al rector de la UAM, porque una denuncia de la Auditoría Superior de la Federación contra el ex rector Salvador Vega, por manejo irregular de 130 millones, tenía detenidos los recursos para esa universidad…Los dados mandan Serpiente. Mal inicia la semana.

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