La pinza, conforme se cierra, parece atenazar a los expresidentes Enrique Peña Nieto y Felipe Calderón. Falta probar y judicializar, claro está, los presuntos hechos de corrupción a ellos atribuidos y que se esparcen ahora que su sucesor, AMLO, decidió destapar la mítica caja de Pandora, aquella de la que, según Hesíodo, en su poema “Trabajos y Días”, salieron todas las calamidades que sufren los hombres, y en la que solo quedó dentro la esperanza. Pero vayamos por partes.

Emilio Lozoya Austin imputó directamente a Peña Nieto y a Luis Videgaray en el caso de los sobornos de Odebrecht. La denuncia de hechos la presentó ayer en la mañana ante la FGR, según informó su titular Alejandro Gertz, quien no descartó que los imputados sean citados a declarar, lo que abre la posibilidad de que por primera vez veamos comparecer en tribunales a un expresidente de la República acusado por hechos de corrupción.

En la denuncia Lozoya declara que, por órdenes de Peña y Videgaray, poco más de 100 millones de pesos de los sobornos de Odebrecht se usaron en la campaña presidencial priista de 2012; 120 millones para amarrar consensos con las llamadas reformas estructurales (¿Pacto por México?); 200 millones de pesos para dirigirlos a la Reforma Energética y 84 millones de pesos para compensaciones a legisladores y para el secretario de Finanzas de un partido.

Lozoya adjuntó a la denuncia varios recibos y un video que serán sometidos a pruebas periciales que determinen su autenticidad, así como los nombres de cuatro testigos. Estos y los de los presuntos destinatarios de los sobornos fueron mantenidos en reserva por el fiscal Gertz, quien dijo que se darán a conocer cuando se judicialice el caso si se encuentran las pruebas suficientes.

Los nombres de los destinatarios pueden inferirse de acuerdo con versiones periodísticas. ¿El exdiputado será el panista Ricardo Anaya, entonces presidente de la mesa directiva en San Lázaro? ¿Los exsenadores serán Ernesto Cordero, Salvador Vega, David Penchyna (entonces presidente de la Comisión de Energía del Senado) y los hoy gobernadores de Querétaro, Francisco Domínguez, y de Tamaulipas, Francisco García Cabeza de Vaca? ¿Y el exsecretario de Finanzas de un partido será el hoy procesado priista Alejandro Gutiérrez, orquestador de la Operación Zafiro para el financiamiento ilegal en 2015 de campañas del tricolor en ocho estados?
La denuncia de hechos de Lozoya Austin también señala el caso de Etileno XXI, planta cuya concesión fue otorgada a una filial de Odebrecht en el gobierno de Felipe Calderón y renovada en el de Peña Nieto. Su construcción corrió a cuenta de créditos de la banca mexicana de desarrollo y ya en operación, disfrutó del privilegio de obtener de Pemex la materia prima a precios subsidiados, lo que le habría ocasionado un daño patrimonial a la petrolera nacional estimado en tres mil millones de pesos (https://bit.ly/2PIoEp0).

Esta pinza atenaza a Pedro Joaquín Codwell, secretario de Energía de Peña Nieto, a Enrique Ochoa, subsecretario del ramo y después director de la CFE y presidente del PRI y, por supuesto, a Felipe Calderón.

Éste carga además con el juicio por narcotráfico que se sigue en tribunales de Estados Unidos a quien fuera su supersecretario de Seguridad, Genaro García Luna, acusado de recibir dinero a cambio de protección al cártel de Sinaloa.

A propósito de ese caso, AMLO declaró en días pasados que con Calderón se instauró un narcoestado. Éste le reviró que, a diferencia de él, no se reunió con la mamá de Joaquín “El Chapo” Guzmán ni liberó a su hijo Ovidio. López Obrador le pidió que no se enoje con él, que la bronca es con la justicia estadounidense y que si supo de los malos pasos de García Luna fue complicidad y si no, fue descuido e incompetencia.

La verdad es que no es lo mismo reunirse con una anciana madre que pide ayuda para ver a un sanguinario delincuente que sin embargo es su hijo, que proteger a un cártel de las drogas por acción u omisión; ni es lo mismo liberar a un criminal para evitar una matanza de inocentes, que matarlos por confusión y revictimizarlos sembrando evidencia como ocurrió con dos estudiantes del Tec de Monterrey. Calderón se dijo ayer perseguido político que no es lo mismo que político perseguido. En fin, la caja de Pandora está destapada. Ojalá que todos los males que de ella salgan no nos causen más daño, y sea posible sacar de ella la esperanza.

Instantáneas:

1. OSORIO. La pinza que se cierra no solo atenaza a Videgaray, uno de los brazos de Peña Nieto. También atenaza al otro, Miguel Ángel Osorio Chong. El fuego empieza a llegarle a los aparejos. Primero con una investigación de la Secretaría de la Función Pública relacionada con un aumento patrimonial de 14 millones de pesos durante su gestión como titular de Gobernación. De ese monto, nimio en realidad, se supo por una demanda de amparo, finalmente denegada, que presentó su hijo Miguel Ángel Osorio Vargas. Pero investigaciones de la Auditoría Superior de la Federación relacionadas con la Cuenta Pública 2018, donde se encontró un faltante de mil 500 millones de pesos de la Policía Federal en la partida presupuestal para Gastos de Seguridad Pública y Nacional, dieron lugar a órdenes de aprehensión contra 19 exfuncionarios vinculados al hoy senador Osorio Chong. Dos de ellos fueron Jesús Orta, en su momento secretario general de la Policía Federal y a principios de este gobierno secretario de Seguridad Ciudadana de la capital; y Frida Martínez Zamora, también en su momento jefa de la Unidad de Administración del Cisen y luego secretaria general de la Policía Federa. Es muy cercana a Osorio Chong. En el gobierno de Hidalgo fue su Oficial Mayor, además pareja de su hermano Luis Eduardo. Ayer fue capturado Eleuterio Pérez Romero, un escalón que está por debajo de ella. Arriba está Jorge Márquez, el hombre que como Oficial Mayor manejó los dineros de la supersecretaría que encabezó Osorio Chong.

2. MR. KORS. Aquí recuperamos en la entrega pasada una grabación telefónica filtrada a redes sociales durante las campañas electorales de 2018, en la que el hoy gobernador panista de Querétaro, Francisco Domínguez le comunica al hoy gobernador panista de Baja California Sur, Carlos Mendoza Davis, que ya le había conseguido apoyo de seis millones de pesos al mes, por cinco meses, y le instruye que hable con “El Kors”. Preguntábamos quién era ese personaje. Atentos lectores nos recordaron una columna publicada en estas páginas por Carlos Loret de Mola en la que señala algunos nombres en clave con que se mencionaba a secretarios del gabinete de Peña Nieto, recurriendo a marcas de moda. Así, Miguel Ángel Osorio Chong era Michael Kors y Luis Videgaray era Louis Vuitton.

3. SUCESIÓN. La fracción parlamentaria de Morena en el Senado prepara una sucesión sin sobresaltos en la Mesa Directiva que deja Mónica Fernández el próximo 31 de agosto. Quien es considerado un relevo natural es Eduardo Ramírez Aguilar, quien vendría de presidir la Comisión de Puntos Constitucionales. Además de ser cercano al líder de la bancada, Ricardo Monreal, se le reconocen dotes de negociador moderado, con gran interlocución con todos los grupos parlamentarios y también al interior de Morena. Otros aspirantes son Higinio Martínez, Alejandro Armenta y Ovidio Peralta. La sucesión quedará resuelta a más tardar el próximo 24 de agosto.

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