A pesar de la proclividad a la mentira por parte de Andrés Manuel López Obrador, candidato de Morena a la Presidencia de la República, según las encuestas va a la cabeza en las preferencias; el pasado 14 tuiteó que propondría la donación del 20% de las prerrogativas de su partido a los damnificados, dinero que no puede ser utilizado para tal fin. Mentira que atrae simpatías.

AMLO ha sido un crítico acérrimo de las enormes cantidades de dinero público que se otorga a los partidos políticos, denominadas prerrogativas, las cuales se “etiquetan” por parte del INE, para su gasto y no pueden hacer uso de ellas en asuntos distintos a los autorizados por el órgano electoral. Contrario a esa postura en junio pasado, Morena acudió a la Suprema Corte de Justicia de la Nación, promoviendo juicio de inconstitucional por la iniciativa de ley promovida por el gobernador de Jalisco, llamada: “Ley Kumamoto” o #SinVotoNoHayDinero, demanda firmada por el dirigente nacional de ese partido, léase AMLO; al igual que lo hicieran el Verde Ecologista y Nueva Alianza. Dos criterios distintos de un mismo tema: las prerrogativas.

Por supuesto que el anuncio de donar poco más de 100 millones del dinero público causa buena impresión en la sociedad, la cual está sumamente molesta por el dispendio del dinero público para los partidos políticos. Morena recibirá $649 millones 217 mil 252 pesos para el año siguiente y, de esa cantidad, propone la donación del 20%. Pero vivimos en un país de instituciones y leyes, de tal suerte que debe prevalecer el criterio jurídico y no el personal. Bien sabe AMLO que su propuesta es inviable por atentar contra la norma jurídica y, si acaso desconoce esta situación, resulta aún más grave su ignorancia de las leyes. Lo cierto que gusta de jugar con las mentiras para atraer simpatías hacia su persona y vaya que le resulta favorable su mitómana distracción.

El artículo 41 fracción II de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos describe en sus tres incisos de manera clara el destino que deben dar los partidos políticos a las prerrogativas; no se gasta a placer de los dirigentes. Y la Ley General de Instituciones y Procesos Electorales desmenuza el destino de las prerrogativas. Por último, el Consejo General del INE desglosó el uso del dinero en actividades ordinarias, gastos de campaña, actividades específicas, franquicia postal y franquicia telegráfica; no hay partida para donaciones. Morena tiene representante ante el Consejo General, y éste aprobó por unanimidad el presupuesto, luego entonces el mitómano sabe de este acuerdo. Su juego perverso, junto con la ignorancia de la ley, agrada a muchos ciudadanos, atrae simpatías, ése es el entretenimiento del juego malvado de las palabras.

La “Ley Kumamoto”, promovida por un diputado local independiente de la Legislatura del estado de Jalisco, fue impulsada por el gobernador y aprobada, entre otros, por el PRI y el PAN; que consiste en que, si hay votos hay dinero, si no hay votos no hay dinero; además baja el monto de las asignaciones en los años no electorales al 20%; también reduce el porcentaje de la UMA a los votos válidos y no se tome en consideración el total de electores, como sucede actualmente. En lo sucesivo, allá en Jalisco, sólo se computarán los votos válidos, desechando incluso los nulos. Por eso la reducción de las prerrogativas será sustancial. La resolución de la Suprema Corte fue favorable y desechó las impugnaciones de Morena y los otros dos partidos. Querétaro va por el mismo camino, pero “despacito”, total no se pueden hacer reformas electorales hasta después de vencido el proceso electivo, por lo pronto los partidos políticos reciben en el IEEQ, los mismos porcentajes que otorga el INE, dado que se utiliza la misma regla, al haber sido remisionista nuestra ley en ese entonces. No es lo mismo la Ley Nacional que las leyes de cada estado, de ahí la libertad de las legislaturas para determinar los porcentajes de dinero que deben recibir conforme a la ley todos los partidos políticos con registro ante los órganos electorales. Manuel Clouthier, diputado federal independiente —antes panista—, hizo lo propio en la Cámara de Diputados, su iniciativa por lo pronto quedó resguardada en la “congeladora”.

El socarrón y doble discurso de AMLO —único candidato en campaña— le ha traído buenos dividendos hasta ahora; su mitomanía parece no haber sido descubierta, de ahí las simpatías hacia sus propuestas no obstante sean mentiras.

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