Pocos cayeron en la cuenta de que al anunciar que llevará a cabo su revocación de mandato en 2021, Andrés Manuel López Obrador también estaba anunciando que su consulta coincidirá exactamente con la fecha de las elecciones intermedias del 1 de julio. Es decir, que el mismo día que los mexicanos voten para elegir diputados federales y algunos cargos locales, el nombre del presidente también estará entre las boletas que tendrán que cruzar con la pregunta de si desean que continúe al frente del Poder Ejecutivo o si su mandato de seis años debe ser revocado. El sólo nombre del político que ganó la Presidencia con 30 millones de votos, tendría un impacto indudable a favor de su partido Morena, que buscará ratificar en esos comicios su abrumadora mayoría en la Cámara de Diputados.

La estrategia detrás de la primera consulta para revocación de mandato de un presidente que se realizaría en México parece apostar no sólo a una ratificación contundente del electorado a una Presidencia, que para entonces tendrá dos años y medio de ejercicio, sino también a lograr que en esos comicios federales y locales, que usualmente son considerados un termómetro para medir el éxito o el fracaso de un gobierno a la mitad del sexenio, se repita el llamado “efecto AMLO”, que en las elecciones presidenciales del 1 de julio de este año, logró que la popularidad y el posicionamiento favorable de López Obrador, como candidato presidencial de Morena, arrastrara positivamente al resto de los candidatos de su partido y los ayudara a ganar lo mismo en gubernaturas, senadurías, diputaciones federales y locales y hasta en las alcaldías y la jefatura de Gobierno de la Ciudad de México.

Basta ver los números con los que arranca el presidente López Obrador, entre 70 y 65% de aprobación popular, además de los números de Morena en las encuestas de intención del voto más recientes, que le dan entre 45 y 49% de la votación nacional “si hoy fueran las elecciones” para saber que, sumados, el “efecto AMLO” más la tendencia de crecimiento de Morena, que está muy por encima del PAN, el PRI y el resto de los partidos, constituirían, aún dentro de 2 años y medio, una fuerza política invencible y que volvería a arrasar a la oposición en su conjunto.

¿Será ese el cálculo que están haciendo en el nuevo gobierno lopezobradorista y en Morena al proponer desde ahora una consulta que, según la Constitución debe coincidir con la realización de comicios federales? Todo apunta a que sí. Buscarían reeditar el llamado “tsunami” que arrasó a cuanto partido y candidato se atravesó en su camino en los comicios de 2018.

Y si a eso agregamos una oposición confrontada y dividida, en la que tanto el PAN como el PRI no logran resolver del todo sus disputas internas, mientras el PRD ya es sólo polvo de lo que fue y el resto de los partidos, PT, PES, MC y PVEM se han confirmado ya como satélites de Morena, entonces el escenario de las futuras elecciones intermedias, en 2021, terminaría siendo la consolidación del Movimiento de Regeneración Nacional como el nuevo partido hegemónico de la democracia mexicana. Y si eso se concreta y si todo sale como lo calculan en el nuevo gobierno y su partido, al resto de las fuerzas políticas, sólo les quedarían de dos sopas: “o te sumas o te sumes”.

NOTAS INDISCRETAS…Tras la difusión que hizo el magistrado José Luis Vargas del proyecto de sentencia que presentará a la Sala Superior del Tribunal Electoral federal, en el que propone declarar la “nulidad” de los comicios de gobernador en Puebla del pasado 1 de julio, retirarle su constancia de mayoría a la candidata panista Martha Erika Alonso y que el INE convoque a nuevas elecciones en dos meses, el proyecto ya desató una tormenta aún sin ser votado ni aprobado por los siete magistrados del TEPJF. Y es que mientras en Morena celebraban la propuesta que de aprobarse daría la razón su candidato Miguel Barbosa, quien pidió la nulidad por violaciones a los principios de certeza y legalidad, entre otras cosas por que se violó la cadena de custodia de los paquetes electorales, en el PAN mediante un comunicado, rechazaron los razonamientos y argumentos jurídicos del magistrado Vargas y relacionaron su propuesta con “una iniciativa de reforma legal que presentó la bancada de Morena en el Senado para despedirlo de su cargo en el Tribunal”. Los partidos que formaron la coalición “Por Puebla Al Frente” llaman al tribunal electoral federal “a valorar la evidencia desahogadas en etapas previas del proceso electoral” y destacan que la elección fue organizada por un órgano ciudadano e independiente y ha sido una de las elecciones más auditadas de la historia. “En un acto indigno el magistrado Vargas intenta confundir al pleno del Tribunal con el falso argumento de que se violó la cadena de custodia de la documentación electoral, además de que viola el principio de la carga de la prueba, presuponiendo que los paquetes fueron violados sin existir prueba que indique que así ocurrió”, se quejan los panistas. ¿Correrá Puebla la misma suerte que la elección de Monterrey? Esta semana se sabrá… Los dados mandan Serpiente doble. Mal tiro.

sgarciasoto@hotmail.com

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