n un mensaje enviado desde la cárcel, la mano derecha del líder de Los Rojos, Marco Antonio Aviña, alias El Maseca, le pidió a su jefe, Santiago Mazari Miranda, El Carrete, que el comisionado estatal de seguridad de Morelos, José Alberto Capella, fuera asesinado.

El Maseca fue aprehendido el 16 de enero pasado en compañía de su pareja sentimental, una abogada que trabajaba como gestora política del grupo parlamentario del PRD, y que al momento de su detención portaba una credencial firmada por el senador Fidel Demédicis.

La amenaza contra Capella llegó a manos de las autoridades estatales de manera extraña. De acuerdo con el expediente, dos sujetos que recorrían comercios de Alpuyeca y Xococotla para cobrar extorsiones fueron detectados por elementos policiacos. Al detenerlos, les encontraron armas. En sus celulares había mensajes de “halconeo”; entre sus contactos figuraban diversos colaboradores de Los Rojos.

Uno de los detenidos, de oficio taxista, admitió que desde el crucero de Mazatepec hacía “vigilancia de los movimientos que realiza la policía”.

En sus mensajes apareció también la referencia de un domicilio situado en el municipio de Miacatlán. Se trataba de una casa de seguridad de Los Rojos. Al hacer la investigación de campo, agentes de la Comisión Estatal de Seguridad advirtieron que en la casa había varios hombres armados.

Al frente de ellos se encontraba un sujeto apodado El Pica. Los detenidos dijeron que era posible identificarlo porque tenía un tatuaje de la Virgen de Guadalupe en el brazo izquierdo. Dijeron también que El Pica iba a ocupar el puesto que había quedado vacante tras la detención de El Maseca. Sería ahora el segundo de Santiago Mazari Miranda, El Carrete.
El parte correspondiente indica que El Pica estaba decidido a vender cara su captura. Cuando la policía fue por él, sucedió una violenta persecución. En un escondite del vehículo en el que se desplazaba se hallaron droga y dinero.

Pero lo más interesante era su teléfono celular.

Ahí existía la mención de un personaje llamado El Médico: el enlace entre El Pica y El Carrete.

El Médico está encargado de controlar para Los Rojos “las plazas” de Miacatlán y Mazatepec. Suele desplazarse en una camioneta Cheyenne dorada.

En el teléfono aparecían también los datos de despachos de abogados que trabajan al servicio de Los Rojos, así como una serie de menciones a funcionarios de los municipios de Amacuzac, Tlaquiltenango y Puente de Ixtla, supuestamente involucrados con el grupo criminal, el más poderoso de Morelos.

En el teléfono había también indicios de que Los Rojos tienen bajo su mando a un corresponsal de un medio nacional. Según El Pica, el periodista estaría encargado de enviar información según los fines del grupo criminal.

Había también un mensaje que El Maseca le enviaba a El Carrete a través de El Pica.

“Lo que le quiero comentar es que el capella esta en coordinación con.los.marinos para agarrarlo cuidase mucho tienen mucha inteligencia tras de usted via satelital…ya no use el bbm..lo estan.enganchando… hay otra aplicación que usan.los.politicos que se llama TEEGRAM esa usan.los políticos… de.esa. no se cuelgan… esa aplicación elimina los mensajes a los 15 segundos… y cuidese mucho mi patrón… el capella anda bien sobres con usted el perro”.

A continuación, el detenido urgía a El Carrete a hacer “algo con ese pendejo”:

Asesinarlo.

Desde su llegada a la entidad, a principios de 2014, José Alberto Capella dijo haber recibido amenazas de muerte constantes por parte de los grupos criminales que operan en Morelos. Hoy, en el gobierno del estado se afirma que la detención de al menos seis personajes cercanos a Santiago Mazari ha colocado al líder de Los Rojos en una situación de vulnerabilidad extrema.
No se descarta, incluso se teme, que pueda emprender lo que le sugiere el mensaje.

Ojalá no dejen solo a Capella.

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