En 2001 Angelina Jolie y Antonio Banderas protagonizaron Pecado original (Original sin), un filme dirigido por Michael Cristofer basado en la novela Waltz into Darkness del neoyorkino Cornell Woolrich (Maestro del suspense norteamericano); sí, ese que también escribió el cuento It Had to Be Murder (Eso debió ser asesinato), el cual dio lugar a la realización de La ventana indiscreta (Rear Window), que tan magistralmente Alfred Hitchock llevó al celuloide en 1954, aunque de manera muy libre. Sin embargo, en esa versión, La ventana indiscreta conservó su esencia policial, mientras que Pecado original fue convertida en una película pasional.

Claro que en aquel entonces, Banderas interpretando a Luis Vargas conservaba ese aire de chico Almodóvar  por el que daba gusto verlo. Ni qué decir de  Angelina (quien aún no era la señora Pitt), una sensual joven de veintiséis años y aunque su personaje de Julia Russell o Bonnie Castle en este largometraje le valió la nominación para un premio a la peor actriz, venía de ganar, un año antes, el Oscar como mejor actriz de reparto por Girl interrupted (Inocencia interrumpida). Por tanto, esta dupla era bastante atractiva para verlos enamorarse o equivocarse dentro de la pantalla grande.

Podemos decir que esta película posee una trama de intriga, amor y traición, la cual nos enseña la complejidad de las relaciones humanas y más cuando estas relaciones están cimentadas en el placer del pecado original. Se trató de una producción cinematográfica muy bien cuidada en su ambientación, fotografía y vestuario, a pesar de que el lugar en el que se desarrolla la acción es distinto al de la historia en el libro. Pero, si al verla por televisión o rentarla en tienda o por internet quedan algo decepcionados, revisen entonces nuestra siguientes recomendaciones.

Qué tal Obsesión como la llamaron en México. Esta Co-producción Reino Unido-Francia de 1992, se basó en la novela Damage de la irlandesa Josephine Hart. Ésta es una verdadera joya del cine europeo con  actuaciones muy bien logradas, sobre todo de Jeremy Irons y Juliette Binoche. Dirigida por Louis Malle, esta cinta es también una muestra de amores que “dañan”, de lo que dos personas  son capaces de hacer por deseo y la posesión del ser amado, aun cuando éste sea precisamente lo  prohibido.

Y hablando de enredos sexuales, también están los filmes que entrelazan los juegos sicológicos. Por ejemplo, me viene a la memoria Luna amarga (Bitter Moon), dirigida por Roman Polansky también en 1992, protagonizada por Emmanuelle Seigner, Kristin Scott Thomas, Hugh Grant y Peter Coyote. Sin duda, esta adaptación de  Lunes de Fiel del escritor francés Pascal Bruckner, es la ventana hacia el claroscuro de toda vida en pareja, ese posible transitar de lo idílico a la crueldad.

No podemos olvidar el clásico americano de 1988 Relaciones peligrosas (Dangerous Liaisons), dirigida por Stephen Frears con un nutrido reparto en el que se encontraban: Glenn Close, Jonh Malkovich, Michelle Pfeiffer, Uma Thurman y Keanu Reeves. Este drama que tomó como base la novela epistolar de Chordelos de  Laclos, es una mirada a una sociedad decadente y fatua del siglo XVIII, no muy diferente a la nuestra, en la que la duda es: ¿qué es más importante el amor o el reconocimiento?

Es entonces, amables lectores que los invito en estos días a vivir algo de “erotismo fílmico”, porque sin duda la lista de películas tiernas o de plano cursis es larga, pero recordemos que el romanticismo es un concepto mal entendido desde hace mucho tempo. De hecho, si somos estrictos con la idea del Romanticismo literario o mejor dicho del Romanticismo como corriente literaria, entonces tendíamos que leer o ver obras como Frankenstein o Drácula, lo cual no creo que sea la manera de empezar con el pie derecho una relación, si es el caso, en este San Valentín; o quién sabe, quizá a su pareja, igual que a mí, le gusten más estas películas que las comedias rosas. Quizá sea el pretexto para abrazar a su asustadizo o asustadiza acompañante viendo películas en la sala de su casa.

En fin, sea como sea,  les recomiendo que para este próximo 14 de febrero, en vez de gastar grandes sumas de dinero en regalos, mejor vean cine. Y si gastan, mejor que sea yendo al cine o comprando un buen libro, porque créanme que también los libros enamoran.

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