Hay mañanas que son únicas, en las que se antoja sean el comienzo de algo nuevo, diferente y esperanzador, donde las ilusiones y sueños se vuelven realidades, o de otra suerte, puede ser aquella del final feliz de una etapa difícil como la que estamos viviendo en estos tiempos que irónicamente nos abrazan con una fuerza muy particular. Esas mañanas frescas, donde el aire circula libremente y la luz del sol engalana la escenografía Para deleite de nuestra contemplación.

Más aún, como en esta imagen, si ese amanecer nos sorprende en el mar, donde además una ballena en tránsito nos regala su imagen coincidiendo con la línea de luz sobre el agua. Así, en otro orden de ideas, podría ser una de las mejores maneras de partir, de dejar atrás nuestro tiempo y encontrar esa vereda de luz que nos pueda llevar al final del horizonte.

La mañana de un nuevo día nos puede marcar por muchos otros días, meses o años. Hay momentos que valen el tiempo que se tardaron en llegar. Lo más importante es estar ahí, dispuestos a vivirlos con la intensidad y justo en la oportunidad que nos regala a la velocidad de un parpadeo. También hay mañanas de esas en este Querétaro nuevo que deseamos conservar.

Twitter: @GerardoProal

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