El gobernador electo del estado de Querétaro, Mauricio Kuri González, visitó el miércoles al presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, en Palacio Nacional. Se trató de una reunión significativa para ambos políticos tras los resultados de las elecciones intermedias y el escenario que se pintaría en el país en las próximas semanas. ¿Qué apuntes se pueden destacar al respecto?

Luego de las elecciones intermedias es común que el mandatario en turno se reúna con los gobernadores electos. Así procedió López Obrador, primero invitando a los de su partido a Palacio Nacional y luego aceptando solicitudes de audiencias por parte de Kuri González y Samuel García Sepúlveda, gobernadores electos de Querétaro y Nuevo León, respectivamente.

Kuri González se dijo estar agradecido con el presidente a raíz de la buena disposición que tuvo y la cooperación que mencionó que tendría el Gobierno Federal con la gestión gubernamental queretana. El gobernador electo de Querétaro apuntó que buscará con especial interés la asistencia en favor de la seguridad y la reactivación económica.

Ciertamente, a pesar de que ambas figuras conformen diferentes grupos políticos, es trascendental que exista una armonía entre las partes para su colaboración, comunicación y entendimiento mutuo para la sana coexistencia, de otra manera el desarrollo y el avance generales se pueden ver limitados.

No obstante, aquí sucedió una situación curiosa. En la conferencia matutina del día siguiente (jueves 8), López Obrador habló acerca de las reuniones mencionadas. De la sostenida con Kuri González celebró la estrategia de seguridad de Querétaro – aplicada por el actual gobernador –, remarcando que el estado presenta índices muy bajos de homicidios dolosos con respecto a la situación nacional. Al resaltar los buenos resultados de la entidad en materia de seguridad, contrastó el problema severo persistente en Guanajuato.

De este escenario encontramos dos apuntes. El primero es la sorpresiva comodidad con la que López Obrador se comportó con Kuri González durante y después de la reunión sostenida, siendo el segundo un agente del “antiguo régimen”, como recurrentemente dice el mandatario, y de aquel pasado mortífero para México. Vaya, muy rápido al presidente se le olvidó Celia Maya.

El segundo apunte refleja un interesante cambio de discurso del inquilino de Palacio Nacional, otra vez, por cierto. Recordemos que durante lo que va de su gestión, pero particularmente en el periodo de campañas electorales rumbo a las elecciones intermedias, el mandatario había menospreciado los esfuerzos, gestión y políticas de seguridad y otros ámbitos de las entidades federativas gobernadas por la oposición, entre ellas Querétaro, y había evadido su responsabilidad, es decir, la del Gobierno Federal en este rubro.

A pesar de la inconsistencia y el juego absurdo de falsas verdades que recurrentemente asegura el presidente de México a sus fieles seguidores, y también de su discurso de vaivén que se acomoda de acuerdo a sus necesidades e intereses; se espera una buena relación entre el próximo Gobierno de Querétaro y el Gobierno Federal. No olvidemos que esta posibilidad es significativa como ejemplo para los demás estados del país y los habitantes de la entidad queretana.


Escritor, historiador e internacionalista
niels.rosas@gmail.com
@NielsRosasV (twitter)

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