La información surgió ayer de un sitio en internet totalmente anónimo, Pejeleaks.org, con la característica del tipo de páginas que pueden difundir fake news, donde una especie de reportaje habla sobre una empresa fantasma, Bravesa, que habría, supuestamente, pagado casi ocho millones de pesos a Julio Scherer, un operador de Andrés Manuel López Obrador.

La empresa, fundada en Jalisco y constituida en 2015, hoy día tendría su “sede corporativa” en un pequeño local en el piso superior de una humilde imprenta de volantes y tarjetas de presentación en Nuevo León. Según el sitio en internet, habría facturado más de 500 millones de pesos en el año 2016 y más de 35 millones de pesos en 2017, todo para que a inicios de este año, 2018, entrara en un proceso de liquidación.

Como en casi todas las empresas fantasma los dueños, o prestanombres, son hombres y mujeres de origen humilde y beneficiarios de programas sociales de la región en el estado.

Bravesa, dicen en Pejeleaks, habría pagado millones de pesos a los futbolistas Miguel Layún, Guillermo Ochoa, Rafa Márquez, Antonio Mohamed, Dorlan Pabon, Pablo Barrera y Rogelio Funes Mori, inclusive se publican los folios de las facturas electrónicas que, de conocer también los RFC de origen y destino, podrían corroborar la información, pero que terminan siendo omitidos.

El golpe contra el Peje radica en el pago sistemático de facturas de Bravesa, que sumarían un total de $7,854,540, a Julio Scherer Ibarra, un hombre clave en el equipo del candidato puntero; el sitio ofrece el folio fiscal 0E8B80AE-8CD4-

4DB1-B806-394F2CE4E4D1 supuestamente por un pago de $692,869 al asesor de Andrés Manuel. No especifica el concepto y la verificación se topa con pared al carecer de más elementos para la misma.

De ser cierta la información, sería claro que hubo una filtración de los sistemas de inteligencia financiera gubernamental para obtenerla; de ser falsa, estaríamos ante un intento tan débil que terminaría por caerse en la palestra rápidamente.

Consulté a algunos abogados de los futbolistas involucrados en el trabajo presentado por Pejeleaks, me reservo los nombres por así solicitarlo la fuente, sin embargo todos señalaron que sus clientes jamás recibieron dinero de esa empresa y se mostraron sorprendidos ante la publicación del mismo, inclusive uno de ellos señaló la posibilidad de emprender acciones legales contra quien resulte responsable al manchar el nombre de su representado.

Bravesa puede ser una volada gigantesca en la era de las fake news o la hebra de un hilo que lleve a desentramar actos de corrupción enormes de defraudación fiscal, mucho más allá de los supuestos ocho millones cobrados por Scherer, pues hablamos de un asunto por más de 500 millones de pesos.

Es la guerra.

DE COLOFÓN.— Otra línea de investigación en la explosión del barco en Quintana Roo: ¿y si se trata de una lucha corporativa empresarial más allá del crimen organizado?

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