Históricamente el agua ha desempeñado un papel relevante en los asentamientos humanos, con relación a la producción de alimentos, la salud y la actividad económica. El agua es vital para todos, para el progreso, desarrollo económico y calidad de vida, por ello es primordial inculcar en toda la población una cultura del agua que considere que su uso debe ser responsable, con visión sustentabilidad.

Querétaro sustentable compromete, entre otras cosas, una perspectiva de aprovechamiento responsable de los recursos naturales, pero desde hace décadas el agua que ha venido demandando nuestro desarrollo acelerado ha dado lugar a la sobreexplotación de los acuíferos, tal es el caso del valle de Querétaro, San Juan del Río y Tequisquiapan.

En la Zona Metropolitana de Querétaro (ZMQ) la mayor parte del agua que se extrae del subsuelo se utiliza para el abastecimiento de la población y en San Juan del Río la mayor demanda proviene del sector agrícola y de la industria. De hecho, en San Juan del Río se bombea más agua de su acuífero que la ZMQ del propio.

Querétaro aporta agua a dos cuencas, a la Lerma – Chapala y a la del Pánuco. La proporción de superficie del estado de Querétaro que corresponde a la primera cuenca es del orden del 20 % y la segunda aporta el 80 %; únicamente una proporción del agua de origen pluvial es retenida por nuestro sistema de presas y bordos. Los municipios de la zona serrana reciben precipitaciones pluviales que llegan a ser de hasta 900 mm anuales y tienen una densidad de población sensiblemente menor que la que se tiene en la ZMQ que dispone de precipitaciones medias anuales del orden de 550 mm.

Debido a las condiciones en que se encuentra la ciudad de Querétaro, sobre un valle de baja pendiente, el drenaje superficial natural presenta mayores dificultades, a lo que se agrega la urbe que hemos estado construyendo y las modificaciones topográficas e hidrológicas que hemos realizado.

La extracción de agua del acuífero ha dado lugar a hundimientos progresivos, conforme se extrae agua, el valle de Querétaro sufre asentamientos de varios centímetros cada año, lo cual favorece las inundaciones y afecta el funcionamiento del sistema de drenes pluviales.

Esto no es todo, también tenemos la alteración de los escurrimientos y la disminución de la infiltración natural de agua al subsuelo. Por otro lado, las fallas por subsidencia que ha generado el asentamiento diferencial del valle, a causa del bombeo de agua del acuífero, propician daños a la infraestructura urbana y a la vez zonas que pueden facilitar la infiltración de agua contaminada al acuífero, lo que representa un riesgo para la reserva estratégica de agua de la ZMQ, un perjuicio posible a la calidad del agua subterránea. Acueducto II habrá de permitir la disminución de la extracción de agua del acuífero, asimismo, las aguas que ya han sido comprometidas para abastecer las necesidades futuras, representan la certeza de incorporar más agua de la cuenca del Pánuco para bien de Querétaro, tenemos la enorme responsabilidad en garantizar su calidad y el compromiso de uso racional del líquido vital.

Es imperativo el adecuado tratamiento de las aguas residuales urbanas e industriales, así como de las que se utilizan en la agroindustria, debe mitigarse su contaminación. El uso de pesticidas y plaguicidas en la agricultura contamina al suelo y a la vez a los escurrimientos pluviales y todo lo que le sigue. En indispensable una agricultura cada día más cuidadosa del medio ambiente.

El gran reto es el adecuado tratamiento del agua residual y su reutilización. Resulta desafortunado que las aguas pluviales, al escurrir por la superficie del suelo, se contaminen en las zonas agrícolas y urbanas y que a su vez dañen reservorios, ríos, lagos, mares y también a las aguas subterráneas.

Procurador del Medio Ambiente de Querétaro

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