Es un político que lleva veinte años haciendo campaña fustigando el rescate bancario. Ha llamado al Fobaproa un fraude, un saqueo a la nación.

Es un hombre que dedicó su primera media hora como presidente de México a descuartizar el modelo neoliberal que ha conducido al país a un estado de quiebra.

Pues para ser tan crítico del Fobaproa y tan enemigo del neoliberalismo, la primera medida económica que tomó como presidente Andrés Manuel López Obrador fue un súper neoliberal rescate financiero a los tenedores de bonos del aeropuerto de Texcoco, obra que él mismo canceló.

No ha de estar resultando nada sencillo para el secretario de Hacienda, Carlos Urzúa, ni para su subsecretario Arturo Herrera, la difícil tarea de esconder las malas señales económicas que lanzan con soltura el presidente AMLO y los lopezobradoristas en el Congreso.

México, donde el 80% de la inversión es privada, lleva varias semanas perdiendo consistentemente la confianza de empresarios y financieros. El secretario Urzúa con su equipo logró diseñar cuidadosamente un plan para intentar recomprar un tercio de la deuda emitida para construir el aeropuerto de Texcoco, con objeto de no minar más la imagen de México en los mercados y para que no saliera todavía más cara la cancelación de la obra.

Para ello, usará el dinero que está en el Fideicomiso del nuevo aeropuerto. Este dinero lo obtuvo el Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México (que es del gobierno) pidiendo prestado (emitiendo deuda).

Así pues, el dinero es del Grupo Aeroportuario de la CdMx, por lo tanto es del gobierno, por lo tanto es del pueblo mexicano. Es decir, se está usando dinero de la gente para contener las pérdidas de inversionistas particulares. ¿Quiénes son estos inversionistas? Fondos de inversión extranjeros y nacionales, acaudalados inversionistas y empresarios nacionales e internacionales. A esos se está rescatando. Por cierto, también trabajadores mexicanos cuyos ahorros del retiro se usaron para esto (el gobierno de EPN nunca les preguntó si querían entrarle, y ya adentro, el gobierno de AMLO nunca les advirtió que la cancelación del aeropuerto los dejaría severamente afectados).

Así, el presidente López Obrador, que tanto fustigó al neoliberal Fobaproa, se estrenó en el gobierno con un Aeroproa, si se me permite estirar la figura. Fobaproa y Aeroproa no son comparables en monto, pero sí en esquema y esencia. Y así como el Fobaproa se escudó en que era una manera de proteger a los ahorradores, el Aeroproa puede decir que está protegiendo las Afores de los trabajadores mexicanos.

El problema es que la pérdida de confianza es más profunda de lo que calculaba la administración López Obrador: un nutrido grupo de tenedores de esos bonos ha rechazado este primer plan oficial, pero se dicen dispuestos a seguir platicando. Están negociando. Su rechazo sólo significa una cosa: la cancelación del aeropuerto puede salir todavía más cara de lo que ya se había calculado.

SACIAMORBOS.  Ese balazo en el pie está tirando más sangre de lo esperado.

historiasreportero@gmail.com

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