El cielo reclama ángeles y Vigmika cumple el llamado a tocar.

Mi poderosa banda rockera, el día de hoy los saludo con una enorme tristeza que me embarga, pues el pasado viernes, cuando los integrantes de la banda Vigmika —Manuel Ceja, Alberto Zamarripa Zammy y Chaps—, se dirigían a San Luis Potosí, perdieron la vida.

Después de presentarse como cada fin en la Santa, tomaron camino hacia San Luis Potosí para un concierto más, cuando desafortunadamente en la carretera Querétaro-San Luis los encontró la muerte y los llevó a cantar al coro celestial, inmortalizándose como los grandes.

Les platicaré un poco sobre estos amigos, con quienes alguna vez tuve chance de compartir espacio–tiempo, y no cabe duda que eran realmente simpáticos y agradables, sobre todo el Zammy, que cotorreaba muy machín.

Esta agrupación de hard core, que cumplió 20 años de vida, conformó su nombre con las iniciales de varios apelativos femeninos, que para ellos era el nombre de la mujer ideal.

Dejaron su marca en las tocadas de El Chopo, en donde en 1996 fueron reconocidos como la banda revelación. Tiempo después se convirtieron en teloneros de grupos como el Tri, Tex Tex, Kenny, El Haragan y Luzbel, entre otros grandes.

Se presentaron tanto en La Santa como en lugares de la talla del Auditorio Nacional, así como el Lunario, el Circo Volador y el Bulldog Café, entre otros recintos rockanrolleros.

Siempre estuvieron conscientes de que no era fácil tener un disco original, así que le daban a los recopilados; en 2010 armaron una participación para el homenaje a AC/DC en México, así como una acoplado llamado Por los buenos tiempos, y luego lanzaron un álbum con una selección de rolas titulado Hard Live Nights.

Años después por fin se arriesgaron a crear una placa propia con canciones originales, que se llegó a distribuir hasta en el Medio Oriente y Japón.

Nadie está libre de los designios de Dios y cuando el de arriba te señala es porque le hacen falta músicos en la corte celestial, no queda más que la resignación.

El mundo del rock está de luto y no hay género, sólo una bandera;  Vigmika se adelantó para cantar en el cielo, acompañados de un coro de ángeles, descansen en paz.

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