Que AMLO impulse y sostenga la candidatura presidencial del desconocido Adán Augusto López Hernández, Secretario de Gobernación, no es casualidad. Es una señal del hartazgo y de la previsión de AMLO, que ve la pequeñez de Claudia Sheinbaum, su incapacidad para crecer y, especialmente que, de mantenerla, la sombra de la Línea 12 del Metro le resultaría muy pesada en el proceso electoral.

“Sombrita”, como algunos la denominan, no ha demostrado tener personalidad, talento, liderazgo, ideas, iniciativa, narrativa y buenos resultados de su gestión. Vive a la sombra de AMLO pretendiendo lo imposible: que el carisma se le transmita, imitándolo en todo.

Trascendió que la empresa danesa DNV-L —que “sombrita” contrató para garantizar la imparcialidad del dictamen técnico— le entregó hace dos meses la tercera y última parte de su informe pericial, en que señala, como una de las causales de la caída de la línea 12 del Metro, la falta de mantenimiento.

Este dato pone en riesgo la candidatura de la preferida de Palacio. Por eso AMLO, para mantener vivo el circo mediático con el que engaña y distrae a sus seguidores, optó por no bajar del ring a “sombrita”, y subir a Adán. Para mantenerse en la lucha, “sombrita” requiere limpiar su nombre y volverse competitiva (que hasta ahora no ha logrado).

Al Presidente no le interesa el peritaje de DNV. No meterá a ninguno de sus colaboradores a la cárcel: ni a Ebrard, que fue quien hizo la obra con baja calidad, ni a “sombrita” por la falta de mantenimiento. Recordemos que “sombrita” nombró a su amiga Florencia Serranía directora del Metro; que en su gestión hubo dos accidentes previos a la muerte de 26 personas en la Línea 12: el incendio del Puesto Centro de Control de Trenes y el choque de dos trenes en la estación Tacubaya, sin que hubiera consecuencias.

Mientras Claudia Sheinbaum metió a la cárcel a la directora del Colegio Rébsamen y al servidor público que firmó la autorización de la obra (cuando ella, era delegada de Tlalpan), por la muerte de 26 personas, en el sismo de 2017; el gobierno no ha metido a nadie a la cárcel por la tragedia de la Línea 12. En este caso eligió por la “justicia restitutiva” a los deudos de las víctimas de Tlahuac, con lo que garantiza impunidad a los implicados.

Para evitar responsabilidades, “sombrita” prefirió judicializar el informe de DNV, alegando razones que nada tienen que ver con el peritaje: que DNV tiene entre sus empleados a un abogado supuestamente cercano a Salinas de Gortari, que hace años litigó en contra de AMLO.

Es evidente que a AMLO le comienza a estorbar “sombrita”: perdió el bastión de la izquierda en el país, en 2021; está involucrada en el asunto del Colegio Rébsamen, en la caída de la Línea 12 del Metro, y en su gobierno han crecido 33% los feminicidios, en comparación con el mismo lapso del gobierno de Miguel Mancera. Adicionalmente, apenas logró el 50% de los 3 millones de votos que ofreció para el proceso de ratirevocación, pese al apoyo de Martí Batres. Y, no tienen nada que presumir de su gestión.

El problema de Adán es que es poco conocido. Y se le complicará más si Ebrard y Monreal se van por la libre, dividiendo a las tribus del partido. Y AMLO estará en la campaña presidencial si logra que en el INE quede un florero a modo, como en la SCJN.

Lo importante para AMLO es la permanencia de su engendro, que le garantiza seguir gobernando. Por eso desde hoy se puede decir, adiós, Claudia, adiós.

Periodista y maestro en seguridad nacional

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