Lo recuerdo claramente, iniciaba el milenio cuando una fría mañana de enero recibía una llamada. Al otro lado del auricular se escuchó una voz masculina demasiado ronca, como de alguien que acaba de atravesar un fuerte cuadro gripal, era su rasgo personal, enseguida se presentó: soy Sebastián Ramos, Comisionado Político Nacional del Partido del Trabajo en Querétaro, el motivo de mi llamada es para solicitarle espacio en su agenda para entrevistarnos.

Iniciaba así un largo camino de experiencias enriquecedoras al lado del Partido del Trabajo.

Lo que motivó esa entrevista era el invitarme a participar en el proceso electoral que se avecinaba, en ese entonces me fue imposible participar por ostentar por segunda ocasión la Secretaría General del Sindicato de Telefonistas, sección Querétaro.

Sebastián tenía la cualidad de la tenacidad entre otras muchas, por lo que a partir de entonces siguió de cerca mi participación en el quehacer social, finalmente logró que decidiera participar por un hecho de congruencia; ya sin el cargo de la Secretaría General, como participante en varios de los movimientos sociales de la época, enfrenté dificultades ante un gobierno estatal por demás intolerante encabezado por el Partido Acción Nacional (PAN), en varios de esos momentos críticos, Sebastián no dudó en solidarizarse con nosotros, confirmando de mi parte, que ellos los del Partido del Trabajo (PT), practicaban lo que decían.

En el año 2003 participé como candidata ciudadana a la presidencia municipal de Querétaro representando al PT, viviendo así mi primera experiencia en la vida política de Querétaro, lamentablemente en noviembre del 2004, el corazón de mi gran amigo Sebastián se negó a seguir trabajando bajo las presiones a las que era sometido.

A partir del 2003 y en todos mis recorridos como candidata en todos los procesos electorales y después a partir de marzo del 2010 como Comisionada Política Nacional, utilicé este espacio para denunciar las arbitrariedades de la clase política en el poder haciendo un llamado permanente por la organización social como única alternativa para lograr un México mejor.

No me cansé de repetir que el Partido del Trabajo era la alternativa para todas y todos los queretanos, por considerar que con todas las dificultades que enfrentábamos era un espacio en el que se podía trabajar con la premisa de la congruencia.

En julio de 2014 me notifican que proceden a sustituirme no por un compañero que pueda conducir por la izquierda este espacio de mejor manera, con quien no dudaría en continuar trabajando, sino por alguien que subió más afiliaciones que yo, aunque señalé claramente que esas afiliaciones fueron obtenidas al intercambiado por despensas y no a través de la organización social, eso no importó.

A partir de que Peña Nieto llegó al poder, he señalado que no debería ocupar la Presidencia de la República porque lo hizo a través de la compra de voluntades por el hambre del pueblo y ahora resulta que el PT apoya esas prácticas al interior del partido.

Mi gran aspiración, mi ideal, es que algún día nadie le compre el voto o la afiliación a nadie porque hay hambre de por medio, eso sería vivir en un país con justicia social y por lo tanto en una democracia real.

Adiós al PT, es una expresión que no imaginé tener que decir y digo adiós, no por resentimiento sino por convicción, esa misma que le dio impulso a mí caminar en estos años, no sería congruente si lo que critico al exterior lo ignorara al interior. Seguiré en la lucha social, es un hecho, sumaré mi granito de arena desde donde lo tenga que hacer por lograr algún día un México justo y digno.

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