Hace 5 años la Cámara de Diputados de la LXII Legislatura federal aprobó diversas reformas a la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, por medio de las cuales se pretendía eliminar la protección constitucional que hasta hoy tienen algunos políticos, desde el Presidente de la República hasta presidentes municipales; consecuencia de la Revolución Mexicana, no se puede proceder en contra de esos políticos por hechos que caen en el ámbito penal, excepción hecha que ellos mismos autoricen, siempre y cuando la Cámara de Diputados apruebe la procedencia por responsabilidad penal; caso contrario, se debe esperar a que los políticos que gozan del manto protector concluyan el ejercicio del cargo, hasta entonces se puede enderezar la causa por responsabilidad penal. Una vez más los legisladores federales, por unanimidad de los presentes, aprobaron la eliminación del fuero constitucional y enviaron a la Cámara frigorífica —de Senadores— la minuta proyecto de decreto, para que dictaminen ambas minutas.
Los diputados federales se disputan la paternidad de las reformas. Lo cierto es que todas las bancadas son copartícipes de ella, aunque después de años no dé a luz esa modificación a la Constitución Federal y pueda permear a las constituciones de los estados que componen la República Mexicana. En tiempos de campaña electoral no falta el oportunista y Ricardo Anaya Cortés no podía dejar pasar la oportunidad y, como otras tantas veces, entra en serias contradicciones; en esta ocasión también se arroga la paternidad en redes sociales, levanta la mano del triunfo de su Frente y acusa que podría ser “congelada” la minuta en la Cámara de Senadores, en donde el PRI tiene mayoría. ¿Por qué la contradicción de Anaya? Veamos. En Querétaro el PAN tiene mayoría en la Legislatura local y en los gobiernos municipales, sin necesidad de Frente alguno; aunque no logra la mayoría calificada en la Cámara de Diputados, hace unos meses aprobaron eliminar el fuero en la Constitución local, con los votos del PRI; sin embargo, la mayoría de los municipios que son gobernados por el PAN no aceptaron la eliminación del fuero, por ello la clase política privilegiada continúa con la protección en contra de denuncias penales, según lo establece el Artículo 38 de la Constitución queretana, y se requiere la declaración de procedencia de la Legislatura. Con esta prueba se demuestra que el panista Ricardo Anaya Cortés, candidato del Frente, vuelve a mentir sin desparpajo alguno pretendiendo engañar con su doble discurso. ¿O acaso en Querétaro el PAN no tiene el mismo criterio que Anaya?
La Cámara de Senadores tiene el tiempo suficiente para analizar las reformas que proponen los diputados federales, pero están contra reloj, toda vez que el último periodo ordinario de sesiones de la Legislatura federal concluye el próximo 30 de abril. Por tratarse de reforma constitucional, una vez que aprueben la minuta proyecto de decreto, deben enviarla a las 32 legislaturas, y éstas, en su caso, aprobarlas o rechazarlas; para que procedan las adecuaciones constitucionales, al menos, el 50% más 1 de las legislaturas estatales deberán de aprobarlas, de lo contrario serán improcedentes. Dada la euforia que se vive por los tiempos electorales, todo indica que serán aprobadas las reformas a la Constitución, son consideradas “demanda ciudadana” y no de políticos oportunistas, la eliminación de fueros para la clase privilegiada y, en este caso, el fuero constitucional es considerado uno de tantos privilegios de políticos que ofenden a la sociedad.
Los mismos políticos pervirtieron la figura de nación para proteger a los legisladores de los abusos del poder político cuando podían acallar las voces disidentes; de ahí nació la libertad de los legisladores para expresarse libremente en tribuna. Sin embargo, los señores dedicados a la política extendieron el manto protector hacia otras figuras como magistrados, jueces, procurador, consejeros electorales, presidentes municipales y más. Desvirtuaron y pervirtieron la figura de la otrora necesaria protección en tiempos de inestabilidad política, convirtiendo la noble figura jurídica en protección para pillos que viven de la política. ¿Recuerda a aquel legislador federal perredista que ingresó a la Cámara en la cajuela de un vehículo para que tomara la protesta como diputado federal y así poder gozar de impunidad cuando pesaban sobre él ordenes de aprehensión? ¡Se acabó!