Una pregunta a la que todos tenemos una pronta y contundente respuesta. Sin embargo nos sorprendería observar que mientras para unos la respuesta correcta es, sin duda, una enfermedad, y que por lo tanto los adictos deben ser considerados como personas enfermas a las que hay que apoyar a sanar y salir adelante, para otros la respuesta, de la que están seguros, es que las adicciones son un vicio dado que cada quien decide si consume o no una droga. Inclusive piensan que el sufrimiento por el que transitan los adictos se lo tienen merecido por consumir. Lamentablemente la divergencia de las respuestas nos ha llevado a que la sociedad y el gobierno no actúen con la contundencia necesaria para abatir las adicciones y sus terribles consecuencias.

Por lo anterior es importante que todos, sociedad y gobierno, conozcamos lo que dicen los expertos en esta materia. En este sentido la doctora Margaret Chan, directora general de la Organización Mundial de la Salud, señaló: “El problema mundial de las drogas constituye una preocupación de primer orden para la Organización Mundial de la Salud, principal organismo de las Naciones Unidas para la salud. (...) El daño social y sanitario provocado por el uso ilícito de drogas psicoactivas es enorme. Estas perjudican directamente la salud mental y física de los consumidores y reduce de forma drástica sus expectativas y calidad de vida. El consumo de drogas perjudica a las familias y a las comunidades, incluso bajo la forma de delitos contra la propiedad y las personas. Es causa de accidentes domésticos y de tránsito, abuso de menores, violencia sexual, de género y otros tipos de violencia” (abril 19, 2016 ante el pleno de la ONU).

En este mismo sentido otros expertos en salud pública y adicciones han definido éstas últimas como: “Una enfermedad crónica y recurrente del cerebro que se caracteriza por la búsqueda y el consumo compulsivo de drogas, a pesar de sus consecuencias nocivas. Se considera una enfermedad del cerebro porque las drogas modifican este órgano: su estructura y funcionamiento se ven afectados. Estos cambios en el cerebro pueden ser de larga duración, y pueden conducir a comportamientos peligrosos que se observan en las personas que abusan del consumo de drogas”.

Por lo tanto y recogiendo las opiniones de los expertos podemos concluir: Una adicción es una enfermedad y por lo tanto puede y debe ser prevenida y curada.

Es por ello que insisto en que dadas las terribles consecuencias de las adicciones tanto en la salud física, mental y emocional del consumidor y de sus familiares como también del enorme daño que ocasiona a la sociedad (estas repercuten negativamente en la seguridad pública, en la productividad y competitividad laboral, etc.), las adicciones debiesen inclusive considerarse como una pandemia. En el caso de Querétaro estas consecuencias son tan terribles que una de cinco muertes tiene su origen o deriva de una adicción. Muertes que pudieron y debieron ser evitadas.

Un pnto a destacar con respecto a la terrible enfermedad de una adicción es que los adictos —léase enfermos— no se reconocen como tales y por lo tanto no acuden a un tratamiento para sanar, es decir, para dejar atrás el consumo de la droga. Tristemente en la mayoría de los casos sus familiares también niegan la adicción y hasta el consumo problemático. Este hecho es fácilmente observable en las drogas legales de mayor consumo: tabaco y alcohol.

En el caso del tabaco se estima que en Querétaro entre 320 y 350 mil personas fuman cigarros y por tanto son adictas al tabaco. De ellas tenemos que de diez fumadores solo ocho piensan en dejar de fumar; seis emprenden una acción para hacerlo; dos acuden con alguien que los ayude y solo uno logra dejar de fumar. Como se observa, son decenas de miles quienes no se asumen enfermos y por lo tanto ni se interesan en sanar; otros muchos sabiéndose enfermos no recurren a los especialistas que los pudieran ayudar a sanar.

En lo que toca al consumo problemático del alcohol las cosas no son muy diferentes, se estima que en el estado viven cerca de 200 mil personas ya con un consumo nocivo del alcohol y solo seis de 7 mil personas lo reconocen.

Fuente de los Deseos: Ojalá que todos reconociéramos las adicciones como una enfermedad que puede y debe ser prevenida y curada. Ojalá que las personas enfermas así se reconozcan y recurran a los especialistas para ser atendidas.

Nota: En el Consejo Estatal Contra las Adicciones se ofrecen consultas, evaluaciones y tratamientos contra las adicciones totalmente gratuitos.

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