A mi hija le encanta ir a la escuela, convivir con sus amigos, acompañarse en proyectos y travesuras. Este es su último año de preparatoria, organizaron su ceremonia de graduación desde el inicio del ciclo escolar y ahora sólo podrán despedirse con un video o una reunión en línea. Están tristes.

En esta emergencia mundial, hemos perdido varias cosas, entre éstas, la tranquilidad, la paz y quizá la paciencia, hemos perdido trabajos, la economía se ha venido abajo, hemos tenido que salir aún con la zozobra de poner en riesgo nuestras vidas. El confinamiento que vivimos ha incrementado los niveles de depresión y ansiedad, pero no solamente los adultos, los niños, adolescentes y jóvenes también han sufrido pérdidas, su rutina, su convivencia diaria; incluso han cargado con el miedo y la incertidumbre de no entender bien lo que pasa, sobre todo los más pequeños.

Todos aquellos que cambiaron de sesión se privaron de la oportunidad de cerrar su ciclo adecuadamente, no pudieron despedirse, de pronto se dieron cuenta que la escuela era una zona de peligro latente.

Necesitamos acompañarlos, ser empáticos y entender de pronto sus cambios de humor, sus ganas de hacer y no hacer.

También necesitan validarse entender que está bien sentirse triste, está bien el estrés dentro de casa, está bien extrañar, es válido llorar si fuese necesario.

Recuerden que nuestros hijos son como esponjas que absorben sentimientos, pensamientos y acciones, cuestionándose el por qué y el cómo de las cosas.

Situaciones adversas como las que vivimos actualmente nos orillan al estrés, la ansiedad o la depresión, aunque nos parezca difícil, hay que mantener la calma para que nuestros pequeños se sientan a salvo, fomentemos una comunicación asertiva, sin bromas que, no por ser populares son recomendables, ya que pueden herir o dañar el ambiente familiar. Propiciemos un diálogo basado en la confianza y el respeto, para que ellos expresen sus emociones, sin sentirse juzgados o desaprobados.

Hoy más que nunca es fundamental la convivencia y ambiente familiar, poder generar tiempo de calidad en el hogar, realizando actividades que fomenten cercanía y unión sana, al mismo tiempo, es importante que ayudemos a nuestros pequeños en lo siguiente:

— Motívalo a revisar sus hábitos y favorecer aquellos que le ayuden física y mentalmente, como hacer ejercicio, validar sus emociones, llevar una alimentación sana, o encontrar un nuevo pasatiempo como la lectura.

— Permítele tener contacto con sus amistades, estableciendo un tiempo en el que el pueda sentirse libre de convivir con sus pares, sintiéndose acompañado.

— Acompáñalo en sus labores escolares de manera asertiva, es decir, sin hostigamiento, para que tu hijo o hija se sienta acompañado más no invadido.

— Establece una dinámica familiar estilo “cuenta cuentos” donde participen todos para favorecer el hábito de la lectura. Esto nos ayuda a practicar el escuchar, y sobre todo echar a volar nuestra imaginación.

— Establece mínimo dos veces a la semana un tiempo específico para juegos de mesa, te recomiendo: ajedrez, lotería, lince, no te enojes, damas chinas, timbiriche, etc. Esto nos favorece la tolerancia a la frustración, la buena competencia y la dinámica de ganar-ganar. (si no ganamos el juego, ganamos la diversión).

Frases para trabajar esta semana

“Aprendo a vivir entendiéndome 
y acompañandome”
“Soy una persona plena, 
sana, realizada y feliz”
“Me amo, me valido, 
me acepto, confío en mi”


Te recomiendo leer: 

— El juego de la vida para mujeres, de  Florence Scovel Shinn.
— La vida te ama, de Louse L. Hay
— Enamórate de Ti, de Walter Riso .


Comentarios y sugerencias: 
Gloria Villalobos Corral 
Terapeuta de Psicología Clínica 
y Programación Neurolingüistica 
gloriavillalobos_3@hotmail.com 
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