El combate a la extorsión debe ser una prioridad nacional. Éste es uno de los objetivos por los cuales debemos comprometernos todos. Nadie puede quedarse al margen, a todos nos afecta.

Este fenómeno delictivo se agrava porque el 98% de los delitos que se cometen en México quedan impunes. Y cuando se pretenden resolver, las medidas son encerrar a los delincuentes en reclusorios que, a su vez, se han convertido en centros criminales. Esto ha llevado, lamentablemente en que los penales de México, en su gran mayoría, son lugares de mala muerte, donde se han instalado “autogobiernos”, en manos de los propios delincuentes.

La saturación los vuelve ingobernables y donde los delincuentes asumen el control, ponen reglas y establecen sus propias cuotas de extorsión. Este hacinamiento de las cárceles ha llegado a un punto alarmante. De los 379 penales que hay en el país, los de la Ciudad de México tienen una sobrepoblación del 40%; los de Jalisco, del 64%; los de Michoacán, del 44%; los de Puebla, del 39%. Un reporte reciente, ha colocado en cuatro estados de la República (Chiapas, Hidalgo, Jalisco y Nayarit; que no garantizan la integridad de internos, estancia digna, gobernabilidad y reinserción) a las diez cárceles con los peores métodos de reclusión, que raya no sólo en lo inhumano, sino se han convertido en sitios atroces.

Esto ha llevado a que el presidente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), Luis Raúl González, hiciera un llamado a los gobiernos estatales a tomarse en serio y atender las recomendaciones del organismo sobre la situación en los penales del país: “Nosotros lo que observamos es que la autoridad no ejerce sus funciones, o cogobierna y de plano se ausenta de esa gobernanza”.

Estos señalamientos nos advierten que tenemos que buscar una solución, antes que esta crisis severa en los centros penitenciarios de las entidades federativas se convierta en una bomba de tiempo. Entonces, está probado que en estos lugares se realizan los peores delitos, y donde en su mayoría no hay control. Y también donde la práctica de la extorsión encuentra su caldo de cultivo. Los criminales han ocupado su tiempo y espacio para seguir operando, sin que la autoridad haya podido erradicar esas prácticas.

De acuerdo con el reporte más reciente sobre delitos de alto impacto del Observatorio Nacional Ciudadano, se registró un incremento de los casos de extorsión en el país durante el mes de enero de 2017 de 46%, ubicándose en 539 carpetas de investigación respecto del mismo mes del año 2016.

Las entidades federativas que han experimentado un mayor crecimiento de este ilícito, si comparamos los resultados de diciembre de 2016 con el promedio de los 12 meses anteriores son, por orden: Querétaro con un 350%, Quintana Roo con 344%, Veracruz con 165% y Chihuahua con 152%.

Los hechos y las cifras nos ponen en alerta. Tan sólo el 93% de las extorsiones en el país se realizan desde el interior de los penales y con ladas telefónicas de distintas regiones de México, y únicamente el 7% de este delito es cometido por personas que se encuentran en libertad.

En mi calidad de legislador federal he presentado ante el Pleno de la Cámara de Diputados una serie de iniciativas que combatirán frontalmente varios delitos que hoy nos dañan como sociedad. Así, ante el Congreso de la Unión, el 17 de mayo presenté una iniciativa que consiste en que los números con alguna denuncia o antecedente formal sean plenamente identificados con el apoyo de las respectivas empresas de telecomunicaciones, y donde estas deben advertir previamente a los usuarios —mediante mensajes texto, video o grabaciones de voz— al momento de recibir este tipo de llamadas, que se tratarían de comunicaciones vinculadas a la extorsión.

Debemos adecuar la ley dadas las condiciones actuales del fenómeno, dado que ni la gravedad, ni las penas más severas, ni la localización de los delincuentes, inhiben la conducta por todas las razones expuestas.

Debemos eliminar el mercado para la extorsión, y que deje de ser atractivo este tipo de delitos para los delincuentes. Una población prevenida será cada día menos susceptible a ser víctima de este y de casi cualquier delito. En esa labor estoy comprometido, en beneficio de Querétaro.