El #8M (Día Internacional de las Mujeres) y el paro anunciado para el #9M (9 de marzo) implicarán un desafío para los medios de comunicación y los periodistas hombres.

Realizar cobertura informativa, labores de edición periodística y otorgar un tratamiento de la información con perspectiva de género, sin estigmatizar, estereotipar, victimizar o revictimizar a las mujeres, deberían ser nuestros pilares permanentes en la agenda y publicación de información.

Además, considero que también deberíamos preguntarnos, analizar y buscar que cada vez más colegas periodistas tengan más poder de decisión y roles directivos en los medios de comunicación.

Lo más importante sería reconocer que esto no es una “moda” sino necesita ser la regla o la normalidad en los medios.

Empezar por pensar y asignar únicamente a periodistas mujeres la cobertura de ciertos eventos e información con potencial de noticia, es un paso que debemos dar en lo inmediato, así como respetar los derechos y las iniciativas que surjan para visibilizar y dar la importancia que históricamente no les hemos dado como sociedad.

En lo que respecta a la edición periodística y el tratamiento de la información, tenemos que revisar y poner en práctica lo que dos documentos señalan y proponen: el “Pacto para Colaborar en la Eliminación de la Violencia contra las mujeres y las niñas en México, entre medios públicos, y UNAM, Unesco y Gamag y el Manual de Cobertura de Hechos con Víctimas, de la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas.

El primer documento, al que se comprometieron Radio Educación, el Instituto Mexicano de la Radio (IMER), el Sistema Público de Radiodifusión (SPR) y los medios de la UNAM, desarrolla 9 artículos que tienen relación directa con los medios.

Propone, entre otras cosas, “profesionalización de periodista en la investigación periodística con perspectiva de género”, la participación “paritaria de las mujeres en todos los puestos, incluidos los de toma de decisión en espacios estratégicos como las redacciones”.

Por su parte, el documento publicado por la CEAV incluye un apartado titulado “cobertura adecuada de la información”. En su totalidad el manual enfatiza, a lo largo de 20 páginas, cómo existen diferentes tipos de víctimas en los hechos de violencia que ocurren en el país y que en la mayoría de las ocasiones, son foco de atención para los medios de comunicación.

Las víctimas y sus familiares tienen derechos frente a los medios. Lo más importante: nos recuerdan que ante los deseos por la inmediatez y “ganar la nota”, debe prevalecer la ética periodística y la dignidad humana en la cobertura de la información.

Por cuestiones de espacio no es posible desglosar o entrar a detalle en el contenido de ambos documentos. Sin embargo, lo más importante en este artículo es valorar la importancia que necesita adquirir cambiar la forma de dar cobertura y publicar cierto tipo de información, más allá de estar de acuerdo o no con movimientos sociales o exigencias muy puntuales.

Para el lunes 9 de marzo, la convocatoria o el llamado a #ElNueveNingunaSeMueve debe tener el mínimo de respeto, sensibilidad y prudencia por todos los medios de comunicación y los periodistas hombres. Habremos de poner en el centro más ideas en el próximo escrito.

Un año de publicaciones vía alianza CUPI-El UNIVERSAL Querétaro

El viernes 28 de febrero se cumplió el primer aniversario de la publicación inicial del Centro Universitario de Periodismo de Investigación (CUPI) en las páginas de este medio. Bajo el título “Uno entre mil nace cada 29 de febrero”, el texto periodístico de Fernanda Hurtado inauguró la serie de publicaciones que ha posibilitado El UNIVERSAL Querétaro.

A través de 12 historias en este periodo, los trabajos de las jóvenes periodistas Fernanda Hurtado, Katia Santoyo y Claudia Escandón han podido ‘ver la luz’, a partir de historias de personajes o textos con pertinencia social, como la entrevista con Rosario Asebey, boliviana que radica en Querétaro desde hace más de 20 años. Cabe recordar que el texto tuvo alcance nacional.

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