Esta semana tuve el gusto de platicar con estudiantes sobre el tema de corrupción en el sistema de salud. Al analizar el tema les dije que era importante distinguir tres momentos clave: lo que pasaba en el sector salud antes, lo que empezó a pasar en la actual administración y lo que pasa ahora con la pandemia del Covid. Si no se distinguen entre los problemas que surgen de estos 3 momentos será muy difícil hacer frente al problema de corrupción que se nos avecina en el sector salud. Ahora explicaré a qué me refiero con estos tres momentos y cómo cada uno ha dejado una estela conflictiva que se conjunta en nuestro presente.

Las empresas fantasma y el sector salud. En marzo de este año, las organizaciones Justicia Justa e Impunidad Cero publicamos un informe (https://bit.ly/39o8WbH) en el que se explicaba y comprobaba el uso de empresas fantasma en el sector salud para desviar recursos públicos. Encontramos casi 32 mil facturas emitidas por empresas registradas en el listado del 69-B del SAT que reconoce a las personas y empresas que simulan operaciones. Estas “facturas falsas” habían sido emitidas a nombre de instituciones del sector salud a nivel estatal y federal. Todas las instituciones del sector salud reportaban tener este esquema de desvío de recursos y 30 estados entregaron facturas falsas en el sector salud. De los dos estados que no encontramos facturas, fue porque no nos quisieron entregar la información.

Contrario a nuestra primera hipótesis, la mayoría de estas facturas falsas no era para la compra de medicamentos sino para realizar trabajos como consultorías, asesorías, construcción y remodelaciones. Al comentar estos hallazgos con expertos, nos decían que era más fácil simular un esquema de desvíos si lo que se contrataba era difícil de rastrear y comprobar. Si una institución del sector salud requería comprar medicamentos, esos medicamentos tendrían que pasar por un proceso de licitación, cumplir una serie de criterios técnicos, llegar a un almacén y entrar en un inventario. En cambio, si lo que se vendía era una capacitación o una consultoría, bastaba llenar un informe diciendo que esa capacitación había ocurrido.

Lo que empezó a pasar. Sin embargo, el actual gobierno decidió combatir la corrupción en el sector salud, cambiando y centralizando el sistema de compra de medicamentos. No sólo no se luchó contra otros esquemas de corrupción imperantes en el sector salud, como la contratación con empresas fantasma, sino que se empezó a producir una serie de desabasto de medicamentos para ciertos padecimientos. Dado el desabasto se procedió a comprar medicamentos de otros países sin contar con un proceso de regulación y licitación como se tenían antes.

El sector salud ante el Covid_19. Dada la crisis sanitaria por la que atravesamos, el presidente publicó un decreto el 27 de marzo para exceptuar la licitación pública respecto a compra de insumos médicos y sanitarios para hacer frente al Covid_19 y antier se avaló una iniciativa en diputados para que se puedan hacer compras directas de medicamentos en otros países. Esto da como resultado que los procesos de licitación y regulación sanitaria se suspendan, alegando la urgencia de la actual crisis. Muchas adjudicaciones directas podrán darse en estos momentos a empresas fantasma o a empresas que vendan a sobreprecio o que no cuenten con los requisitos técnicos para proveer de insumos de calidad al sector salud. Por no hablar de los efectos secundarios de medicamentos que no cumplan con los estándares de calidad.

Dados estos tres momentos, nos encontramos en el peor escenario posible, ya que los esquemas anteriores de corrupción en el sistema de salud no se han desmantelado ni sancionado y ahora tendremos que lidiar con una gran cantidad de licitaciones directas para poder hacer frente a la pandemia del Covid y al desabasto que se generó por arruinar el sistema de compras públicas de medicamentos en la actual administración. No se puede combatir la corrupción desmantelando y desapareciendo instituciones y procesos enteros, es mejor identificar los problemas concretos y sancionar a los responsables. No se puede combatir la corrupción sin combatir la impunidad.

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