El próximo domingo 25 de noviembre se conmemorará el “Día internacional de la eliminación de la violencia contra las mujeres”, en todo el país se efectuarán eventos realizando un llamado a la concientización para juntos lograr poner fin a la violencia de género. Desde 2009, ONU Mujeres lanzó la campaña “Únete para poner fin a la violencia contra las mujeres” eligiendo el color naranja para dicha campaña. Este color simboliza un futuro mejor y un mundo libre de violencia contra las mujeres y niñas.

Sin duda, apegándose a esta campaña internacional, los funcionarios portarán moños naranjas, habrá quienes inclusive le indiquen a su personal que deberán vestirse de ese color durante la última semana de noviembre. Los mismos que escatiman recursos institucionales para trabajar por la identificación y erradicación de la violencia de género; aquellos que no dictan ni asumen programas de prevención, soporte y apoyo a las mujeres en situación de violencia; esos que cuando una mujer denuncia al ser víctima de violencia física la ignoran por no mostrar evidencia del maltrato sufrido mencionando que seguramente “ella se lo buscó” o señalando que “no es para tanto”; los mismos que no han hecho nada para que exista atención institucional integral con perspectiva de género; todas y todos ellos estarán atentos a vestirse de naranja y posar en la fotografía institucional correspondiente.

Los medios masivos de comunicación también participarán en esta importante campaña, los comunicadores se colocarán moños naranjas y con el objetivo de posicionarse en las preferencias femeninas, algunas de sus marcas patrocinadoras harán lo mismo.

Los mismos que con el afán de vender la nota, ante la opinión pública revictimizan a las mujeres desaparecidas y/o asesinadas por su condición de género: “se ausentó por su propia voluntad”, “estaba con alguien conocido”, “se vestía provocativamente”, es así que el color naranja tampoco faltará en las rotativas y en los micrófonos durante estos días.

¿Algún día habrá un mundo naranja?, ¿un mundo en donde niñas y mujeres vivamos sin violencia de género?, tal vez, pero hoy no es así.

Aquí en nuestro estado:

Según el Centro Nacional de Información (CNI) del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) en su “Información delictiva y de emergencias con perspectiva de género”, Querétaro ocupa el primer lugar nacional en lesiones dolosas contra las mujeres con 605 casos reconocidos; 206 delitos contra la libertad y la integridad sexual y 589 delitos cometidos contra la familia, sólo en el primer trimestre de 2018.

Con respecto a la violencia feminicida las autoridades reconocen sólo 2 casos de feminicido en la entidad, mientras las organizaciones sociales contabilizamos más de 60. (Octubre 2015-Noviembre 2018)

Y con respecto a desapariciones, en el portal de la Fiscalía General del Estado de Querétaro pueden consultarse las fichas de cincuenta y siete mujeres mayores y menores de edad desaparecidas en el estado.

En este día en el que las voces se suman para visibilizar y erradicar la violencia hacia las mujeres, aquí en Querétaro tendríamos que decir a quienes gobiernan y legislan que el tema de violencia de género no es un tema de vestimenta de color, es un tema de compromiso social que requiere una verdadera responsabilidad, una que llegue inclusive a cuestionar el sistema en el que vivimos.

La violencia de género es producto de una visión machista patriarcal, es estructural y sistémica, mientras no se reconozca de esa manera se seguirán maquillando cifras sobre este delicado tema con el objetivo de utilizarlo con perspectiva electorera.

Señores: “pintar el mundo de naranja”, es mucho más que portar un moño naranja, significa trabajar por lograr que algún día la consigna de ¡NI UNA MENOS, VIVAS NOS QUEREMOS! sea una realidad.

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