La violencia contra las mujeres se sustenta en estereotipos y prejuicios que justifican que los agresores intimiden, agredan, lastimen, sometan, dominen, se impongan o dañen a mujeres, jóvenes y niñas por el simple hecho de ser mujeres.

En la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, podemos identificar diversos tipos y modalidades de violencia de género que nos permiten comprender las diferentes manifestaciones de violencia de la que son objeto millones de mujeres en México y el mundo.

Por ejemplo, la violencia sexual contra una mujer, niña o joven. Esta se define como cualquier acto que degrada o daña el cuerpo y/o la sexualidad de la mujer y que por tanto atenta contra su libertad, dignidad e integridad física que se da en el espacio público o privado.

Este tipo de violencia inicia con pequeñitos actos de misoginia que incluso se aplauden y dan risa, con comentarios sobre la apariencia física de la mujer y con bromas e insinuaciones que ofenden e incomodan.

Este tipo de violencia, que se ve como “normal”, ha obligado a muchas mujeres y niñas a cambiar la ruta por la que caminan, a utilizar ropa que “no provoque” e incluso a dejar de manera definitiva la escuela o el trabajo. Este tipo de violencia es tan común, que incluso hay quienes las han romantizado cuando “con todo respeto” opinan sobre el aspecto físico de una mujer o niña al llamarlo “piropo”, “cumplido”, “halago” o “cortejo”.

No hay nada más aterrador para una niña de 12 años que verse acosada por un extraño o grupo de extraños camino a la escuela. No hay nada más humillante para una empleada que su jefe se sienta con el derecho de tocarla sin permiso. No hay nada más indignante que ser vista y tratada como objeto por tus compañeros de trabajo.

La naturalización de la violencia ha llevado a minimizarla e incluso a culpar a la mujer agredida. En su expresión más extrema este tipo de violencia puede resultar sumamente peligrosa porque, para muchos hombres las mujeres que caminan por la calle, que salen a trabajar o a la escuela o que simplemente se divierten en un “antro” son objetos a las que se les pueden hacer comentarios obscenos, a las que se les puede tocar o agredir sexualmente y a las que se puede asesinar y tirar a la basura, como ocurre a 10 mujeres mexicanas todos los días.

El Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres que conmemoramos el 25 de noviembre nos da a todos y todas la oportunidad de analizar nuestras propias conductas y de identificar aquellos actos que hemos aceptado como normales para cambiar nuestro comportamiento por el bien de las niñas, jóvenes y mujeres de México.

Erradicar la violencia contra las mujeres no es responsabilidad exclusiva de las autoridades. Erradicar la violencia contra las mujeres no se resuelve con mayores castigos para los agresores que cometen delitos por razones de género. Erradicar la violencia contra las mujeres requiere de un cambio social y cultural, que inicia con cada una y cada uno de nosotros.

Directora Regional de CELAPAZ e integrante de la Red Nacional de Alertistas. 
Twitter: @mcruzocampo 
Fb: maricruz.ocampo

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