Escribo estas líneas el primer día del año nuevo. No puedo dejar de sentir alivio de que ya se terminó el 2020, maldito año, terrible en muchos sentidos. Pasará a la historia como el año de la Pandemia por Coronavirus Sars-Cov-2, que dejó en México, hasta el 31 de diciembre, 125 mil muertos y más de un millón 400 mil contagiados. Un panorama muy diferente de lo que las autoridades de este país nos dijeron que sería y del diagnóstico de los “expertos” y los “científicos” del Gobierno que pese a sus desatinos, imprecisiones, terquedades, necedades e irresponsabilidades, hoy sabemos que son intocables, inamovibles e incuestionables. Protegidos a ultranza al más alto nivel. A estas alturas sabemos que sus actos no tendrán consecuencias en el corto plazo. Pero veremos en el juicio de la historia y de los nuevos gobiernos, si llega a ganar la oposición.

Con la tragedia humana por el virus, el 2020 nos sigue dejando los retos de la crisis económica y el crecimiento de la delincuencia.

El 2021 nos obliga a abrigar esperanzas, aunque moderadamente.

La llegada de la vacuna anti Covid nos alienta, pero con escepticismo. La mayoría estaremos vacunados hasta dentro de unos meses. No sabemos si eso será suficiente. Mientras tanto, seguirán las restricciones para evitar los contagios masivos, las dramáticas escenas de los hospitales repletos, de gente sufriendo, y la desaparición de empleos, negocios y empresas.

Sí, un optimismo moderado.

En lo económico, arrancamos con los consabidos aumentos de precios y servicios a los que se denomina “ajustes” o “actualizaciones”.  
Uno bueno, el del salario mínimo que a partir del 1º. de Enero se incrementa en 15%. En la mayor parte del país será de $141.70 diarios y en la Zona Libre de la Frontera Norte de $213.39. No se aplica a salarios contractuales.

Bien por los empleados. Pero no fue un aumento salarial fijado de mutuo acuerdo con todos los empresarios. Más bien expresaron su desacuerdo y preocupación. Quizás se les obligue a otorgar ese aumento, pero no sabemos cuántas empresas sobrevivirán así y cuantos trabajadores tendrán que ser despedidos.

Tendrán “ajustes por la inflación” los precios de las gasolinas, los cigarros, las bebidas azucaradas, el servicio de internet y de telefonía móvil, la Tarifa del Uso de Aeropuerto, la electricidad, el impuesto predial de la CDMX, las licencias de conducir, la tenencia vehicular y los servicios del Registro Civil. Dicen que no aumentará el kilo de tortilla.

A partir de este viernes, 1º. de enero, en la Ciudad de México queda prohibida la comercialización, distribución y entrega de tenedores, cuchillos, cucharas, palitos mezcladores, platos, popotes, bastoncillos para hisopos de algodón, globos, varillas para globos, vasos y sus tapas y charolas para transportar alimentos, fabricados total o parcialmente de plásticos, diseñados para su desecho después de un solo uso, excepto los que sean compostables.

Se incluyen platos, vasos y charolas de unicel. Los plásticos de un solo uso deberán ser reemplazados por envases de cartón o plástico compostable.

Y, en lo político, el 6 de junio, la elección intermedia más grande de la historia con 15 gubernaturas en juego, la renovación de la Cámara de Diputados y miles de cargos de elección popular. A ver como se combina con la pandemia aún no superada.

MONITOR REPUBLICANO. A pesar de todo, 2020, gracias por las lecciones que nos dejaste. Querido año nuevo 2021, no nos vayas a salir con chingaderas.

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