El dilema de hoy para los partidos y candidatos es cómo ganar las elecciones. El verdadero desafío del país es cómo empoderar a los mexicanos removiendo obstáculos para que generen valor y liberen su energía creativa.

Carece de sentido pensar que las soluciones pueden venir exclusivamente de un partido o de un candidato. Sólo una sociedad organizada, cuyos ciudadanos ejerzan derechos y cumplan obligaciones, puede sacarse adelante a sí misma.

Para fortuna nuestra, hay quienes están pensando ‘fuera de la caja’, sobre todo para lo que viene después de la elección presidencial. Les comparto aquí las ideas de tres mexicanos con pensamiento crítico e innovador.

Gabriela Enrigue, economista y organizadora comunitaria de Prospera (www.prosperando.org) nos desafía: México ya se cansó de la clase política tradicional. La violencia, la corrupción, la desigualdad de oportunidades, el estancamiento de los salarios y la concentración de la riqueza han puesto a las clases medias en una situación de enojo por la falta de condiciones para generar ingreso.

¿Qué hace Gabriela? Construye un ecosistema de desarrollo empezando por vincular a mujeres emprendedoras productoras y proveedoras con industrias establecidas como productos del hogar, hotelería, salud y cuidado personal, entre otras.

Jesús Campos Orozco es el mayor promotor de las empresas de economía social, aquellas constituidas por los propios productores y trabajadores. Subraya que las políticas basadas en el enfoque de carencias no han funcionado para superarlas y pone el énfasis en el impulso a las capacidades. Los productores en las empresas sociales no quieren ni aceptan subsidios; invitan a la inyección de capital de riesgo en asociación.

Haciendo equipo con la Universidad Iberoamericana de la Ciudad de México, la Fundación del Empresariado en México (www.fundemex.org.mx) y Nacional Financiera lograron que la SHCP hiciera suyo este concepto. El 17 de enero del presente año anunció la puesta en marcha del fondo de capital privado Fondo México Social, con 700 millones de pesos que se invertirán en empresas sociales que operen bajo un modelo de negocios sustentable en ámbitos como agroindustria y alimentos con valor agregado, servicios turísticos, energías renovables, educación y servicios financieros.

Raúl Livas Elizondo, economista y experto en energía de StructurA, propone en el documento México 20/20 un fondo social: en lugar de instrumentar un sinfín de políticas contradictorias, se establece un sistema que garantice un piso básico de ingreso. La sociedad participa en las empresas a través de aportaciones accionarias; todas las empresas cotizan públicamente desde su creación. La corrupción se combate diversificando la tenencia accionaria y auditando como se audita a las empresas que hoy cotizan en bolsa.

Un ingrediente crucial para que fructifiquen estos tres esfuerzos es una política de competencia económica vigorosa, eficaz y efectiva, que vaya limando las aristas oligárquicas de los mercados para facilitar el acceso a nuevos productores y proveedores de servicios.

Yo digo: pongamos fin a la era de Papá Gobierno, donde los ricos extraen rentas y los pobres reciben limosnas para mantenerlos en la pobreza.

Hoy, cuando vemos que la economía sólo funciona para un puñado de personas y que el sistema político está podrido, las propuestas de Gabriela, de Jesús y de Raúl apuntan a la convergencia del desarrollo económico con la inclusión social.

Los mexicanos tenemos que reinventar el poder y redefinir las relaciones entre padres e hijos, entre hombres y mujeres, entre patrones y empleados y entre gobierno y ciudadanos.

En un renglón: reconstruir las bases de la convivencia entre nosotros.

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