Estamos por concluir un año, 2015, en el cual vivimos elecciones en las que se consolidó la alternancia que desde 1991 llegó para quedarse. Mediante elecciones concurrentes los queretanos renovamos la gubernatura, los ayuntamientos, el Congreso del estado y a nuestros representantes en la Cámara de Diputados, resultando el gran ganador el PAN, en una entidad en donde hace seis y tres años el PRI se había alzado con el triunfo, primero en la gubernatura y después la propia capital del estado, después de 15 años ininterrumpidos de gobiernos panistas.

Así como para el PRI hace seis años, para el PAN las elecciones no se veían nada fáciles ante el buen crédito del gobierno en turno: primero con Paco Garrido al frente y el segundo con Pepe Calzada con calificaciones aprobatorias de 8.3 y 7.8 respectivamente.

Hace seis años para el PRI era aún más cuesta arriba, porque además las preferencias partidistas le daban una ventaja entre 18 y 23 puntos en favor del PAN: en más algunas casas encuestadores ni siquiera intentaron levantar preferencia electoral ante la evidente ventaja. Para este 2015 ninguna de las casas encuestadoras daban una clara ventaja en favor de uno u otro partido y se pronosticaba un resultado muy cerrado, incluso a menos de un dígito.

Desde el gobierno se gestó una gran alianza formal y de facto para poder sacar una mayor diferencia en el resultado electoral, por lo que los partidos Revolucionario Institucional, Verde Ecologista de México, del Trabajo y Nueva Alianza, la formalizaron y de facto fueron acompañados por una parte del Partido Humanista y del Partido Encuentro Social y del propio Partido de la Revolución Democrática; en tanto el PAN fue sólo a la contienda de manera formal y contó con el acompañamiento del partido Movimiento Ciudadano que había sufrido el desprendimiento de uno de sus líderes históricos y que en ese momento ocupaba la presidencia del Congreso estatal.

El PRI decidió postular como su abanderado al licenciado Roberto Loyola Vera, quien tres años atrás le había logrado arrebatar la “joya de la corona” —el municipio de Querétaro— al PAN, que en su momento había postulado por segunda ocasión al licenciado Armando Rivera Castillejos, quien gobernara la capital de 2006 a 2009, hermano de quien había sido gobernador panista del estado, Ignacio Loyola Vera.

Como era de esperarse y atendiendo a su gen partidista, el candidato tricolor contó con el apoyo del aparato gubernamental feudal, estatal y municipal, a grado tal que el propio gobernante en turno se involucró directamente a la campaña dándose “baños de pueblo” en zonas populosas como Lomas de Casa Blanca y el Tepetate.

Por su parte el PAN postuló como su abanderado a la gubernatura a quien fungía como senador de la República, Pancho Domínguez, quien apenas hace tres años logró vencer a uno de los priístas más reconocidos en la entidad, Enrique Burgos en mancuerna con Marcela Torres, el mismo que hace seis años había logrado triunfar en la capital del estado y nueve años atrás haber llegado a la Cámara de Diputados, todos estos logros por mayoría y con su equipo de trabajo, entre los que se encuentran Luis Bernardo Nava, Marco del Prete y Tonatiuh Cervantes.

Con buenos oficiosos del dirigente estatal del blanquiazul José Báez, Toño Rangel, Luis Bernardo Nava y Apolinar Casillas lograron conjuntar una batería de buenos candidatos y candidatas que a la postre les daría el triunfo en la gubernatura, la capital del estado y otros diez ayuntamientos, así como la mayoría del Congreso local y la mayoría de las diputaciones locales en disputa, casi números similares a los que obtuvieron en la elección de 2003.

El panista Pancho Domínguez se alzó con la victoria el 7 de junio del presente año y contra todos los pronósticos de manera contundente, ya que le sacó casi 8 puntos a su más cercano competidor, lo que le da la legitimidad de origen que todo gobernante quiere tener y ahora en el ejercicio de su gobierno comienza a acreditar con hechos la legitimidad de ejercicio, logrando paulatinamente recuperar de la seguridad que estábamos perdiendo y poniendo la casa en orden en materia de administración financiera, así como en transparencia.

El próximo año será de enormes retos, para seguir en el tren de desarrollo de toda la entidad y priorizar las tareas a seguir y que estarán referidas en el Plan Estatal de Desarrollo que se estará presentando en tiempo y forma dentro de los primeros tres meses de 2016.

En tanto, políticamente hablando, es innegable que con estas elecciones que acabamos de vivir los queretanos estamos conscientes de que la alternancia llegó para quedarse, lo que obliga a los gobiernos, a los partidos y a los ciudadanos a cada día ser mejores.

Secretario de Educación del estado de Querétaro

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