Queretana de 26 años, dedicada al teatro profesional.

“Creo que mi objetivo como actriz es ser lo más completa posible, como actriz, como cantante, incluso como bailarina, que también tengo que trabajarle un poquito”.

Como actríz ha participado en 11 obras, todas con la compañía Ícaro Teatro, de las cuales dos han sido protagónicos, Pillowman de Martin McDonagh, y en La conferencia de las aves, de Peter Brook y Jean-Claude Carrière.

"Soy Tauro y como tal soy necia, pasional, un poco tragona. Pero a los tauro nos consideran muy talentosos”.

¿Cuál es tu formación?

Estudié para diseñadora, pero actualmente combino la actuación con la administración de empresas.

¿Qué es el teatro para ti?

Un espacio donde yo puedo expresarme, donde puedo ser libre, donde puedo ser quien soy. Es un estilo de vida.

Nos puedes contar cómo te incorporas al grupo

Conocí a los integrantes de la compañía en un karaoke. “me subí a cantar y me vieron posibilidades”.

Cuál ha sido una de tus experiencias más gratas en Ícaro

En este último proyecto de Brodway a la carta. La presentamos por mes y medio en el salón de danza del teatro Metropolitano. Era una especie de concierto de varias obras musicales, en el que tenías que actuar y cantar. El público podía elegir qué quería escuchar.  Se trataba de 8 actores en escena, 4 hombres y 4 mujeres. Canción que fuera, solo o grupal era estar al cien, así que había mucho compañerismo. El escenario es de cuatro frentes, en cada esquina hay dos actores. Todo es a nivel del público, es íntimo y con mucho contacto porque además la gente interactúa.

¿Crees que eres inspiración?

Pues, no lo creía pero, precisamente en esta obra. Un día canté: Y todo el jazz de Chicago. Y de ahí surgió una fan, una niña de 11, que ahora ya está tomando sus primeras clases de actuación. Un día se nos acercó y nos agradeció por toda la entrega y dijo que fuimos su inspiración.

¿Qué tipo de obras son las que te gustan?

Me gusta mucho el drama.

¿Cuáles  son tus próximos planes?

A corto remontar Brodway a la carta. A mediano plazo me gustaría ser maestra de teatro; me hubiera gustado que cuando era chica, entre la edad de 10 o 15 años, alguien se hubiera acercado conmigo y me hubiera enseñado, para conocer un poco del arte, cómo puede ayudarte a ser una mejor persona y a manejar tus sentimientos, a poder expresarte.

A largo plazo, me gustaría dejar huella,  con enseñanza; quisiera ser reconocida, pero no famosa por un momento. Mi ideal sería ser  guía, dar consejos y apoyar a los que tengan el mismo sueño que yo. Por otro lado, sé que hay que seguir preparándose porque la actuación es mucho trabajo físico y espiritual para exponerte  tal como eres y poder interpretar a alguien más.

Google News