Francisco Diego es egresado de la carrera de Diseño Industrial, por la Universidad Iberoamericana, recientemente fue reconocido como uno de los ganadores platino del Concurso de Arte México 2017, organizado por la Social Network Art Competition, SNAC-Expo; en conjunto con el Consulado General de México en la ciudad de San Francisco, California.

Actualmente sus obras tituladas “Aunque sea poco, servirá de algo” (2016) y “Si no lloro es porque no quiero” (2017) son exhibidas en Estados Unidos y harán un recorrido por varias ciudades.

Francisco platicó con CLASE Querétaro y recordó que en 1998, cuando tenía siete años,  comenzó a forjar su pasión por el arte de dibujar y crear trazos en libretas y hojas comunes, para más tarde cambiarlas por lienzos.

 

¿Cómo fueron tus inicios en la pintura?

En realidad nunca pensé estudiar Artes Plásticas o visuales, estaba entre Arquitectura y Diseño Industrial, me gustaba mucho dibujar y crear objetos y enfoqué eso en mi carrera, pero a la mitad me fui dando cuenta de que lo mío era más la expresión, podía hacer perfectamente el análisis de funcionalidad, pero en estas dos ramas no es lo mismo, en el arte es una retrospección porque es una forma de expresión. Comencé a hacer esculturas de joyería y me clavaba mucho en la parte del dibujo; yo pinto desde que tenía siete años con pasteles y carboncillo, en la prepa aprendí a usar óleo y acuarelas, y ya en la universidad tenía que usar otro tipo de productos como plumones, aerógrafos y programas de diseño.

¿En qué momento te diste cuenta que querías expresar tu sentir a través de  un cuadro?

Creo que cuando empecé a trabajar en la escultura en joyería y también llevaba la imagen de una empresa, no quería estar detrás un escritorio sin poder hacer también lo que me gusta, yo ya había hecho cuadros antes y me nació perfectamente hacer las pinturas. Yo quiero hacer algo nuevo y desarrollar mi arte y el concepto de expresionismo.

 

¿Cuál es el estilo que te define?

Intento usar pluma negra, desde el bocetaje hasta el lienzo, y procuro dejar el trazo de la pluma y  del pincel muy a la vista; como símil de que en la vida no puedes borrar nada de tus acciones y me gustaría pensar que al final de mi vida, si hiciera una retrospección de ella, todos los errores que cometí hacen que mis historias sean así. En todas las obras intento representar los momentos que hacen que una persona sea quien es, no solo los positivos, sino también los pensamientos que tiene el mundo sobre ti.

 

¿Hay alguna evolución de lo que expresas ahora a cuando comenzaste?

Técnicamente me impresiona lo que hacía con los pasteles cuando estaba muy pequeño, cuando iba en la prepa tenía un maestro que me enseñó toda la parte del color para lograr el tono preciso y después, en la universidad perfeccioné la parte del bocetaje, y así poder reproducir mis ideas fácilmente. Ahora logro muchas cosas que me gustan con el aprendizaje que tuve en estas tres etapas de mi vida, ha sido una evolución clara en la parte técnica, pero creo que aún tengo mucho que lograr en la parte de la expresión. Los artistas siempre deben estar en la búsqueda constante del arte para saber cómo expresarse bien.

 

 ¿Cuál fue tu experiencia al resultar ganador  del Concurso de Arte México 2017?

Es una historia muy padre porque una amiga que es artista me dijo de la convocatoria, fue muy generoso de su parte invitarme. Participaron mil 500 obras y quedaron 30, de esos 30 estaban las mías y la de mi amiga. Esta exposición estará  un año exhibiéndose por diferentes ciudades de Estados Unidos, ahorita están en San Francisco, asistí a la inauguración y fue una experiencia muy gratificante para mí. El evento lo organizó una Galería que se llama Snac, junto con la Secretaría de Relaciones Exteriores y es muy padre porque haces equipo con la galería, el gobierno y los medios que pueden hacer que el arte llegue a distintos lugares y personas, eso es muy valioso. 

Es muy satisfactorio llevar arte a la comunidad latina en Estados Unidos, y más ahora que está toda la ola de racismo y que a muchos los están repatriando, creo que también es mi colaboración, lo mío es hacer arte y plasmo mis sentimientos en ello.

 

¿De dónde nace la inspiración?

Me gusta el teatro, ver su  iluminación y estar en un espacio cerrado. Lo que hay es porque estamos viendo un sitio creado en conjunto por el director y el escenógrafo, esos contrastes de luz me encantan. Me inspiro también con la música, hay un cantante que se llama Passenger, me gusta el ritmo que tiene y las historias que hay detrás de cada canción. También me gusta Bob Dylan porque cada vez que lo escucho me imagino diferentes cosas.

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