Luego de una larga residencia en Suiza, Gustavo Villegas regresó a Querétaro y su gran pendiente era inaugurar “Relato de una destrucción”, exposición que ya se encuentra en Galería Libertad y en ella se pueden ver obras nunca antes expuestas en la ciudad, como “Ensamble de una destrucción” pieza que ganó el Premio del Público en la XI Bienal de Monterrey FEMSA.

Automóviles y edificios en llamas, hechos en óleo y acuarela, técnica con la cual Gustavo inició su labor pictórica, reciben al espectador de esta muestra para recordar eventos tan dolorosos en el país como el caso Ayotzinapa, el incendio de la guardería ABC, el narco y el levantamiento de las autodefensas.

Todo eso es una reflexión sobre la pérdida de la memoria, el abandono, la impermanencia y el deterioro de los materiales, un análisis profundo sobre la vida tan agitada a la que se expone la sociedad contemporánea, la rapidez en la que eventos naturales como los sismos pueden destruir una ciudad, la inmediatez en que se comparten por medio de las redes y la facilidad con la que todo se olvida.

En una amena platica con CLASE, el artista nos habla del trabajo que realizó en Suiza, de su exposición en Galería Libertad y adelanta detalles de lo que presentará en la próxima inauguración del Museo de Arte Contemporáneo.

Iniciaste el año fuera del país y hace poco te vimos de vuelta, ¿a dónde fuiste y qué estuviste haciendo?

Sí, estuve en Montreux, Suiza, en una residencia de seis meses, y mi proyecto fue revisar edificios destruidos de México, me llevé material del sismo y empecé a investigar las edificaciones destruidas de Suiza, se generó algo súper bonito, que no he mostrado porque lo estoy analizando desde el concepto de impermanencia. Ya lo verán.

¿Sigues entonces con el tema de la destrucción?, que es también lo que ha definido y llamado la atención de tu obra.

Sí, mi tema es la destrucción, durante muchos años he abordado el automóvil, y poco a poco he ido haciendo ese tránsito al edificio, lo voy combinando, aquí en la expo hay algunas piezas que conviven justo con eso, pero no hay una pieza específica de sólo el edificio, sino que hay edificios y autos, es todavía una transición. A la residencia me llevé mucho material de la prensa sobre el sismo de hace una año y el proyecto fue encaminándose a los edificios destruidos de Suiza, pero no quiero dejar de hacer los carros, me parece que puedo seguir trabajando con ellos infinitamente, en ambos veo una línea muy interesante sobre la pérdida de la memoria, el abandono, la impermanencia, el deterioro de los materiales, ¿cómo puede ser que en pocos minutos un sismo desmorona un edificio que pareciera muy estable? Pero también veo que hay otro tipo de destrucción, mucho más lenta y eso nos habla del tiempo y del abandono, sobre eso van mis nuevos proyectos.

¿En “Relato de una destrucción” incluiste algunas piezas sobre los sismos?

Sí, fue algo que me impactó mucho.

¿A ti te tocó el sismo del 85?

Yo vivía en el Estado de México, estaba cursando la primaria y me pareció todo muy fuerte, pero no experimenté la magnitud de lo que había sucedido, el año pasado vi todo a través de los medios y fue algo muy impactante. Mi trabajo sobre el sismo no fue inmediato, quedé muy abrumado, sin embargo tenía muchas imágenes en la cabeza y yo soy muy obsesivo, hasta que no saco esas ideas y las plasmo con la pintura, no estoy en paz.

Villegas y el arte de la destrucción
Villegas y el arte de la destrucción

A primera vista observamos carros y edificios incendiados en tu obra, a fondo todo tiene una historia, más las historias que puede generar cada espectador, ¿qué te dicen ellos de tu obra, cómo los ha impactado?

Es muy interesante, en esta misma exposición –durante la inauguración– una señora me dijo: ‘Me dieron ganas de llorar viendo tus piezas del sismo, porque me recordaron lo que sucedió, yo estuve allá, y te agradezco mucho’. Creo que de alguna forma mi intención es crear una obra y dejarlo como testimonio. Fue sorprendente que volvió a temblar en la misma fecha del 85, un evento que pocos abordaron, obviamente Carlos Monsiváis y luego Ignacio Padilla, y en el caso de Nacho tuve la oportunidad de hablar sobre el tema y parecía que sí se estaba olvidando. Mi trabajo es como un memorial. El tema del sismo me conmovió mucho y como artista estoy tomando la destrucción para construir, quiero dejar el testimonio de lo que sucedió, como homenaje también para las víctimas.

¿Galería Libertad es un lugar importante para ti?

Claro, es la tercera vez que expongo aquí. Me gusta mucho el espacio porque te permite trabajar, soy un poco obsesivo, como ya lo había dicho, porque me gusta conocer el espacio y a partir de esto generar la exposición, una museografía de acuerdo al lugar o generar una instalación pictórica, como la que ven al entrar a la muestra, que es una serie de piezas hechas en óleo y acuarela que hablan sobre distintos temas, como Ayotzinapa, la guardería ABC, el narco, las autodefensas o los incendios en gasolineras.

Recuerdas cuando metiste un carro en esta misma galería, todos se preguntaba ¿cómo le hizo?

Fue en la exposición de Ciudad Q y fue muy bonito (risas). Yo llevo mucho tiempo en la investigación de la destrucción del auto, muchas veces con el automóvil a escala real y otras veces viendo de lejos o analizando los materiales, he trabajado en ello durante muchos años.

Cuando remodelaron Galería Municipal dijeron que gran parte de los cambios se pensaron porque un artista de nombre Gustavo Villegas quería ir a meter un carro ahí y era imposible, ¿te das cuenta de que no sólo estudias el espacio, sino que has propiciado que lo reestructuren?

¡Qué divertido y que bueno! (Risas). Ese proyecto del auto lo desarrollé en una residencia en India, cuando regresé yo quería exhibirlo en Querétaro y fui a la Galería Municipal a presentarlo y les expliqué que quería meter un auto y me dijeron: “¡Cómo, eso no se puede!” Y no se pudo ahí. Pero como soy muy necio, no desistí hasta que se logró, y se hizo aquí en Galería Libertad.

Están por abrir un nuevo museo en Querétaro, ¿ya fuiste a estudiar ese espacio y qué vas a hacer ahí?

Por supuesto. Voy a exhibir dos obras, una es una instalación que aborda la destrucción de la ciudad, es un fragmento de una ciudad en Siria que está representada de una manera muy abstracta con 500 bloques de concreto, y estoy invitando a un artista para sonorizar la pieza, se va a exhibir en una sala. Cuando fui a conocer el espacio estaba en remodelación, así que tomé registro de las paredes y voy a generar una pieza en la que representaré lo que estaba abajo del edificio, sumado a ello me platicaron que fue parte del convento, después una cárcel, una escuela y ahora museo, quiero incorporar todo dentro de la pieza.

¿Cuál es tu opinión sobre el proyecto del Museo de Arte Contemporáneo?

Está increíble tener más museos, pero también es una responsabilidad muy grande mantenerlos. Platicando con Papus (Papus Von Saenger, director del Museo de Arte Contemporáneo) le pregunté por qué las exposiciones de arte contemporáneo no son caras, ¡son carísimas! Sé que están trabajando para que haya recurso privado y eso es muy bueno, porque solamente así se puede mantener abierto un lugar como ese. Creo que el proyecto es una gran idea y también algo necesario.

Exposición y un libro

Gustavo Villegas inauguró su exposición “Relato de una destrucción”, acompañado de amigos, familia, y como invitada especial Paulina Aguado Romero, titular de la Secretaría de Cultura de Querétaro, quien alabó el trabajo y dedicación del pintor.

En la misma inauguración los espectadores tuvieron la oportunidad de conocer el libro “Sobre la pérdida”, una publicación que reúne gran parte del trabajo de Villegas, sus inquietudes como artista y evolución pictórica.

El libro está acompañado con textos de Christian Barragán, curador de la exposición, y del escritor Ignacio Padilla, con quien Gustavo tuvo la oportunidad de platicar sobre su interés por el concepto de la destrucción.

bbg

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