Una tarde calurosa, propia de un día de campo, convocó a cientos de asistentes a la Finca Sala Vivé de Freixenet, en donde el eje de la celebración fue la paella, platillo que pudo degustarse en diversas presentaciones y que además de ser el protagonista de una versión gigante, fue motivo de un concurso en donde el paladar fue el ganador principal.

Familias enteras se dieron cita el fin de semana, alejados del bullicio de la ciudad, para vivir con éxito la edición número 18 del Festival de la Paella, en el que los asistentes pudieron elegir entre más de 30 propuestas distintas de toda la región de este platillo.

El proyecto “Festival de la Paella” nació con la intención de difundir en Querétaro un poco de la gastronomía, así como un tanto de la cultura española, ya que, el corporativo tiene raíces de dicho país.

“Cuando comenzamos con el festival, México era muy virgen en el concepto de los arroces, ahora que ya se hizo más internacional, queremos ir al siguiente paso y hacer de esto un evento más internacional”, expresó Lluis Raventós, director de Freixenet.

En esta edición los chefs prepararon una paella monumental con 50 kilos de arroz y por supuesto, el maridaje  perfecto fue la variedad de vinos de la casa; los cuales consistieron en cinco propuestas con variantes entre dulces, espumosos, jóvenes y frutales.

Otra de las atracciones  fue el recorrido por la cava de 25 metros de profundidad, asimismo los asistentes gozaron de caminatas por los campos, mientras se tomaban fotografías y videos para recordar el viaje.

Por su parte, un ballet folklórico y una estudiantina pisaron el escenario, mientras que los sibaritas escuchaban  a los sommeliers, quienes compartieron pláticas acerca de la preparación del platillo estrella del día.

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