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Como si se tratara de un espectáculo de circo, un excelente montaje fue interpretado por el grupo teatral de la escuela John F. Kennedy, que con destreza en gimnasia, danza aérea y ballet hicieron su gran debut frente a compañeros, profesores y familiares, que efusivos aplaudieron las excelentes actuaciones en el escenario.
Los cerca de 70 alumnos continuaron con la tradición de encabezar un proyecto teatral en onceavo grado, bajo la dirección de Margarita Adame, quien al finalizar la función recibió un homenaje por sus 14 años de trabajo ininterrumpidos frente a la compañía.
Félix Ghiringhelli, quien protagonizó la obra, sorprendió no sólo por su actuación, sino también por los saltos mortales que gracias a su experiencia en el parkour, dieron más vitalidad al personaje.
“Fue mi primer proyecto teatral, nunca había hecho algo así. Tuvimos muy poco tiempo porque la película salió en diciembre y ni siquiera teníamos el libreto. Así que prácticamente sólo contamos con dos meses y medio para montar todo. Esta experiencia nos ha unido muchísimo a todos los que participamos”, dijo Félix.
En punto de las 19:30 horas, los primeros asistentes comenzaron a llegar a las instalaciones de la escuela, donde diferentes tenderetes con palomitas de maíz, algodones de azúcar, espiropapas, esquites y hot dogs, recrearon un típico ambiente de feria.
Siguiendo el concepto de la obra, una gran carpa enmarcó la puerta principal del auditorio, bajo la cual se arremolinó una larga fila, que luego se encontró con una escenografía tradicional para un show circense.
Con el sonido de la “tercera llamada” el recinto fue sumergido en la oscuridad un par de segundos antes de que bajo la luz, apareciera el estudiante Ghiringhelli, quien en el papel de P.T. Barnum, lució un elegante frac rojo y sombrero de copa.
Al unísono de la pieza The Greatest Showman se iluminó el resto del escenario, permitiendo que el público conociera a los demás integrantes del elenco, que caracterizados como el hombre tatuajes, la mujer barbuda y el hombre perro, realizaron el tradicional recorrido por el ruedo, haciendo piruetas, trucos e intrépidas ejecuciones.
Por más de una hora los actores dieron vida a la historia de Barnum, un empresario estadounidense que en la vida real, estableció un negocio de entretenimiento a mediados del siglo XIX, caracterizado por sus shows excéntricos e inusuales personajes.
