El reumatólogo fue distinguido en Querétaro como “El Profesionista del Año” por la (FECAPEQ). Este reconocimiento se suma a una decena de premios y diplomas que ha recibido en el país y en el extranjero, por sus aportaciones en materia de reumatología y osteoporosis, especialidades en la que es una autoridad nacional. “Son el resultado de pequeños logros”, dijo.

Durante la entrevista, el galeno saca una medalla dorada, otorgada por la International Society for Clinical Densitometry al mejor docente de América Latina 2010, “pero no la uso, me da miedo, dicen que está chapada en oro”, aclaró sonriente.

Siempre quiso ser doctor y si volviera a nacer “lo sería otra vez”. Es el único médico de la familia “y mi padre hizo todo lo que pudo para que no estudiara esto, me dijo: ´piénsalo bien, no sabes en la que te metes, porque es una carrera muy sufrida´, pero no me arrepiento, porque si volviera a nacer sería otra vez  doctor”,  contó.

Su mujer es dentista, y tiene tres hijos, implicados en distintas actividades, pero todos destacados en lo que hacen. El mayor es tenista, uno de los tres mejores del estado, el de en medio es jinete, experto en salto, tercer lugar a nivel nacional; y la más pequeña, de 13 años, pinta para ser una de las mejores bailarinas clásicas de su generación.

Barreira Mercado fue de los primeros 22 médicos en dedicarse a la especialidad de osteoporosis en recibir el Certificado en Densitometría Clínica en Querétaro, y en México, “porque llegaron los aparatos (para la osteoporosis) y nadie los sabía usar”, recordó.

Llegó de la ciudad de México a Querétaro en 1987 y con 28 años se integró como jefe de enseñanza e investigación del Hospital General del ISSSTE en la entidad. Todavía recuerda el día de la mudanza, era un viernes santo. “Venía en un Magnum de cuatro cilindros, con la cajuela completamente llena de libros, y en la carretera me pararon tres veces, el carro venía ladeado, los patrulleros debieron pensar: éste debe ser narco”, recordó.

- ¿Si no tuviera tantos premios sería igual de bueno en lo que hace?

Yo creo que sí, porque creo que los premios son como joyas que lo visten a uno, como un anillo, un reloj, una pulsera, pero en esencia la persona es la misma.

- Los doctores juegan con la vida y la muerte, se le llama el síndrome de Dios.

Se le llama síndrome mesiánico, de Mesías, y muchas veces ese sentimiento te pone a prueba como profesional, y es cuando te das cuenta qué tan comprometido estás, no porque lo dices, sino por lo que haces que es distinto.

- ¿Qué es lo primero que le dice a un alumno?

Que los médicos solamente hacemos una cosa, que es tomar decisiones sobre problemas que no son nuestros, y cuando lo haces bien eso te va a llevar a tener muchos momentos de satisfacción.

Que nos preparamos de una manera muy intensa, como se preparan los pilotos de boings, estos aviones grandotes y, como ellos, si algo falla el piloto se muere y el avión se cae. Es un poco lo mismo.

¿Usted ha sido pionero en su materia por necesidad?

Yo creo que por gusto. Yo empecé a dar clases por necesidad, porque perdí a mi padre, y después una pasión y a la fecha es un deporte.

Cuando no está viendo placas de huesos, jugando tenis o tomando fotos, ¿Sus dos hobbies preferidos son?

Escucho música, me gusta mucho, me gusta el cine, pero ahí la verdad no soy el primero, siempre voy muy atrasado.

¿Cuántos huesos tiene el cuerpo humano?

Híjole. Que buena pregunta. Creo que son 206, pero puedo fallar.

Recuadro

-En 2010, recibió el premio y presea al Mejor Maestro de América Latina por la Society for Clinical Sensitometry,  luego de ser evaluado entre cientos de profesionistas.

-En el 2001, fue distinguido como el médico más influyente de México, por la American  Biographical Institute, con sede en Washington.

- Es Miembro Fundador del Grupo de Estudio Sobre Osteoporosis del Colegio Mexicano de 
Reumatología.

- Fue de los primeros 22 médicos en dedicarse a la especialidad de osteoporosis en México, y en recibir el Certificado en Densitometría Clínica.

- El reconocimiento del que mejor recuerdo tiene es una placa que le mandaron a hacer sus alumnos con la frase “El didáctico”, en 1996.

FRASE:

“Si volviera a nacer sería otra vez doctor”: Eduardo Barreira Mercado.

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