Desde los 13 años tuvo la oportunidad de conocer y vivir la disciplina de la equitación. Hoy a sus 37 años,  el jinete se ha encargado de poner el nombre de México en alto al ser de los competidores más destacados. Logró independizarse y crear su propia escuela llamada Cuadra Macaria, en la que comparte con jinetes y amazonas sus claves y técnicas para ser cada día mejores.

Desde los seis años tuvo contacto con caballos españoles gracias a la invitación de su abuela, quien se dedicaba a montar en ese momento.

“Fue hasta los 13 años que le tomé la palabra a mi padre y monté caballos de salto con el Estado Mayor Presidencial, solo puedo definirlo como una experiencia que me atrapó por completo, me fascinó la concentración, la entrega, la disciplina, todo. Desde entonces no he parado”.

Un jinete, maestro, padre y amigo dedicado de corazón a la disciplina, preocupado por dar lo mejor de sí en todo momento, enfocado en el éxito como una pasión más que como un reto, pues para él la competencia es enfrentarse a uno mismo.

Una vez que descubriste esa pasión,  ¿cómo fue tu evolución como jinete?

Fue muy constante desde el principio, empecé poco a poco con pasión, dedicación y mucho gusto. Mientras entrenaba, a la par iba al colegio, aunque debo admitir que siempre quería estar cerca de los caballos, sin evadir mis responsabilidades.

Adquirí un compromiso completo con los caballos, decidí investigar más sobre el manejo y mantenimiento de los mismos, es en ese punto en el que entiendo que esto  era mi forma de vida.

Acabando la prepa le propuse a mi papá hacer un curso de verano de equitación para así ganar dinero e irme con mis amigos a Europa, pero ¡ya nunca me fui!, ya que los niños que llegaban querían quedarse y cada vez asistían más. Inicié la universidad y al mismo tiempo impartía clases de equitación. Empecé de la nada y  llevo 19 años como profesional.

¿En qué momento decides crear tu propia escuela?

Siempre tuve muy presente que quería poner mi propia escuela. Debo agradecer a mi madre pues fue ella la que me incitó a siempre realizar mi sueño, para que me dedicara más a mi pasión, entonces  me decía: “No es tan fácil encontrar tu pasión,  ya la tienes, dedícate a ella”.

Háblanos un poco de Cuadra Doña Macaria

Inició siendo el criadero de caballos españoles de mi abuela, después se volvió el hípico, más adelante se convirtió en la Cuadra Macaria. Actualmente administramos 85 caballos, asisten alumnos de todas las edades y categorías.En Cuadra Doña Macaria somos una familia, es mi pasión de vida. No es el esfuerzo individual de Nicolás Pizarro, en realidad es el trabajo en conjunto.

Ahora tienes el equipo Audi-Scappino, ¿cuál es tu rol en el equipo?

En el equipo soy nombrado el capitán por primera vez, me piden que organice la prueba de equipo y al equipo.  Parte de lo que hago en el mismo es observar el rendimiento de cada uno y ayudarlos a mejorar.  Trato de que en cada momento seamos una familia, que lo vean como un equipo de integración más que de competencia. Me satisface por completo el poder ser parte de su crecimiento, el saber que mis consejos y apoyo los motiva a ser mejores.

¿Cuál es el tipo de acercamiento o entrenamiento que los jinetes deben tener con el caballo?

A diferencia de cualquier otro deporte tienes que entrenar con un ser vivo,  por ello que se recomienda tener completo conocimiento del caballo. Él debe conocerte y sentirte por completo, para eso hay que entrenar bastante. Es un animal que tienes que entender en sus días malos y sus días de éxito, hay que estar dedicado pues es una disciplina muy celosa.

¿Realizas algún ritual antes de salir a competir?

Soy algo supersticioso, suelo elegir la ropa que me voy a poner en cuanto llego al hotel y la separo para que esté lista. Ese día en la mañana todo lo hago con la derecha.

Platícame de jinetes mexicanos e internacionales que admires.

Mexicanos admiro mucho a Jaime Azcárraga, esa hambre y ganas de ganar siempre me han incentivado a ser mejor. Ahora tengo la oportunidad de entrenar a sus hijos lo que es un gran honor.

Internacionales admiro mucho al canadiense John Miller, quién es el jinete más antiguo, el cual admiro bastante por su gran dedicación, amor y paciencia.

Háblame de las competencias másimportantes  en las que has participado.

De las más importantes, sin duda es la Olimpiada de Londres, el mundial de Kentucky y las Copas de Naciones, entre ellas quiero destacar la de Xalapa. He tenido la  fortuna de ganar el Gran Premio de Balvanera, Xalapa, Monterrey y Michoacán, solo me falta la de  Guadalajara.

¿Tu mayor miedo?

Perder mi pasión, que se me apaguen esas ganas de luchar, dar y entregar todo para ser mejor, espero que nunca exista una razón que me lleve a ese punto.

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